TUS LÁGRIMAS

 

 

 

Cuando se nublan tus ojos,

se ensombrece tu alegría,

huyen las sonrisas de tus labios

y una lluvia de lágrimas

abre dolorosos surcos en tus pálidas mejillas;

cuando lloras en infinita tristeza,

mi corazón sufre el doloroso golpe

de acerados dardos de remordimiento.

 

 

 

Sé que tu sufrir y tu llorar

tienen su fuente en los transtornos de mi ser,

en los recorridos desorientados de mi alma,

culpable irredimible de dolores propios y ajenos,

responsable por sufrido y huérfano de dones celestiales,

despojado de abrigos y mantos de amor.

 

 

 

Si sigues llorando...

estoy esperando con adelantada resignación

ser expulsado de los fueros de tu bondad y comprensión,

para vagar nuevamente

en los desiertos inclementes de la soledad sin contenido.

 

 

 

¿Qué puedo ofrecerte?

Sólo una promesa gestada con sincera intención

de aprender a convertir tu dolor en alivio,

tu tristeza en espontánea y dichosa alegría

al lado de un corazón

que aprenderá a ser feliz cada día.