Revista Jurídica Cajamarca

 
 

 

La exclusión social y la pobreza: El caso peruano en la década de Fujimori

Christian Fernando Tantaleán Odar (*)

 


 

I PARTE

 

SUMARIO

I PARTE

     Introducción. Exclusión Social. 1. Exclusión Social en diferentes modelos de Sociedad. 2. Definiciones prácticas de Exclusión Social. 3. El Derecho y la Exclusión Social. 4. Tipos de Exclusión social. 5. La Integración Social como medida de Solución a la Exclusión Social.  Fuentes de Consulta.

 

II PARTE

     La Pobreza y la Exclusión Social. 1. La Pobreza: Algunas Evidencias en los estudios de casos. 2. Caso específico de Exclusión Social: La Pobreza Peruana.   Conclusiones.  Fuentes de Consulta.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene como enfoque dar a conocer alcances sumamente importantes acerca de la exclusión social y su repercusión dentro de la Sociología del Derecho. La pobreza peruana, especialmente la existente dentro del gobierno del ex presidente del Perú, Alberto Fujimori, será materia de análisis en este estudio que tiene como objetivos los siguientes:

 

-         Demostrar la existencia real de la Exclusión Social a nivel de Pobreza, tanto en el ámbito internacional como local.

-         Establecer posibles soluciones o estrategias para erradicar o dar fin a los problemas de Exclusión Social a través de mecanismos de Integración Social.

-         Favorecer la sensibilización de la sociedad sobre la situación y problemas de las personas excluidas, así como tomar conciencia de las condiciones humanas en las que viven.

 

 

EXCLUSIÓN SOCIAL

La idea de exclusión social ofrece una manera de integrar nociones tenuemente conectadas tales como la pobreza, la privación, la falta de acceso a bienes, servicios y activos, la precariedad de los derechos sociales, entre otros. Como concepto analítico, el término exclusión social se acuñó originalmente en Francia en 1974 para referirse a varias categorías de personas tildadas como "problemas sociales" y quienes no gozaban de la protección del seguro social. Dentro de este concepto, la exclusión social se refería a un proceso de desintegración social en el sentido de una ruptura progresiva de las relaciones entre el individuo y la sociedad. Desde fines de los 80, sin embargo, el término "exclusión social" también ha sido difundido por la Comisión Europea, la que estaba crecientemente preocupada por los problemas del desempleo a largo plazo, de los trabajadores no calificados y de los inmigrantes. Aunque el uso y el poder de la noción de la exclusión social estaba bien establecida en Europa Occidental y también, en alguna medida, en los Estados Unidos bajo el membrete de la "subclase" (underclass), estaba mayormente ausente del debate respecto al desarrollo social que se estaba llevando a cabo en el mundo no industrializado.

 

La aparición del proyecto IILS/PNUD tuvo como uno de sus objetivos el probar la relevancia y valor de la Exclusión Social en aquellos países no industrializados. Así, Como un primer paso, el proyecto se concentró en una revisión de la literatura regional, concentrándose en la literatura sobre la pobreza desde la perspectiva de la exclusión social. Tres puntos de vista principales surgieron de tales revisiones. El primero es el del escepticismo respecto a la idea de extender los conceptos formulados en Europa Occidental a los países en desarrollo. Esto se debió a que tal exportación de ideas simplemente aplicaría un nuevo membrete a enfoques de larga data y localmente desarrollados sobre los problemas sociales, obscureciendo otras causas de la pobreza más importantes que la exclusión, tales como la heterogeneidad estructural, los términos bajo los cuales la gente participa en la economía y en la sociedad. En contraste, el segundo punto de vista indicaba que el concepto era útil en la medida que permitía la integración de diversas ideas débilmente conectadas respecto a la desventaja social, a la vez que ampliaba la idea de la privación al dirigir mayor atención a la pobreza como un proceso que incluye a agentes y a instituciones y que explicita el juego entre sus dimensiones materiales y no materiales. En tercer lugar, surgió el consenso que esta teoría se superpone y es más amplia que la mayoría, si no toda, la literatura respecto a la pobreza y a como enfocarla y, como tal, podría utilizarse como la base para construir un marco de referencia para el análisis de la pobreza.

 

Los beneficios de promover políticas de inclusión son muchos. Un estudio contratado por el BID en el 2001 estimó las ganancias en el Producto Interno Bruto (PIB) si se elimina la discriminación de indígenas y personas de ascendencia africana en los mercados laborales. Los resultados son dramáticos: la economía de Bolivia, crecería un 36.7%; la de Brasil, un 12,8%; la economía de Guatemala un 13,6%; y la de Perú, un 4,2%. Estas estimaciones no tienen en cuenta las mejoras en términos de cohesión social, integración comunitaria, desarrollo educativo, entre otras, que también resultan de una mayor inclusión. Los organismos multilaterales como el BID buscan trabajar con los países para lograr desarrollo económico, social e individual en la región a través de promover políticas de inclusión social.

 

1.         LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN DIFERENTES MODELOS DE SOCIEDAD.

Escoger definiciones sobre Exclusión Social significa, primeramente, aceptar el bagaje teórico e ideológico que se asocia con ella. El proyecto IILS/PNUD, ya antes mencionado, llevado a cabo en paralelo con estas revisiones indicó, como una de sus características principales que la idea de la exclusión social tiene muchos significados, notablemente debido a que depende, en gran medida, de los diferentes paradigmas o modos de pensar respecto a la sociedad. Los tres paradigmas más persistentes al análisis de la exclusión social serían: "solidaridad", "especialización" y "monopolio". Estos tres paradigmas son, en realidad, teorías de la sociedad y la exclusión tiene diferentes causas y significados en cada uno de ellos. Cada paradigma atribuye la exclusión a una causa diferente, y se basa en una diferente filosofía política: republicanismo, liberalismo y democracia social. Cada uno ofrece una explicación para las múltiples formas de desventaja social, económica, política y cultural; y así, abarca teorías de pobreza y desempleo a largo plazo, desigualdad racial-étnica y ciudadanía.

a.       El primer paradigma, la solidaridad, considera la exclusión como una ruptura del vínculo social, un fracaso en la relación entre la sociedad y el individuo. Existe implícitamente un núcleo de valores y derechos compartidos, una "comunidad moral", alrededor de la cual se construye el orden social; una variedad de instituciones aportan los mecanismos para integrar a los individuos a la sociedad, y la exclusión refleja su fracaso así como un posible peligro para el cuerpo social. Este modelo aporta los cimientos de la idea republicana del Estado Francés; muchos regímenes nacionalistas auspician una lógica similar. Es dentro de este modelo que se originara la idea actual de la exclusión. El porqué es bastante obvio: Hay una clara noción unitaria respecto a qué es aquello de lo que quedan excluidos los individuos y los grupos.

 

b.      El segundo paradigma, la especialización, ve a la exclusión como que resulta de comportamientos e intercambios individuales. Las sociedades están compuestas de individuos con diversos intereses y capacidades, y la estructura de la sociedad se construye alrededor de una división del trabajo y de los intercambios en las esferas tanto económica como social. Los individuos podrán excluirse a si mismos en base a lo que escojan, o podrán quedar excluidos debido a los patrones de intereses o relaciones contractuales entre otros actores, o sus exclusiones podrían ocurrir como resultado de la discriminación, de las fallas del mercado o de derechos que no se hacen cumplir. La sociedad puede verse como que está compuesta por individuos quienes participan (voluntariamente) en algunos campos y quedan excluidos de otros. La exclusión de un campo social no implica quedar excluidos de todos los campos. Es así que aquí el concepto de la exclusión es mucho mas débil que en el paradigma de la solidaridad.

 

c.       El tercer paradigma, el monopolio, ve a la sociedad como jerárquica, con diferentes grupos controlando los recursos. Los de adentro protegen sus dominios contra los de afuera construyendo barreras y restringiendo el acceso: a ocupaciones, a recursos culturales, a bienes y servicios. Simultáneamente, promueven solidaridad dentro del grupo. La membresía en una sociedad es, por lo tanto, necesariamente desigual. Pero el cuadro puede ser complejo, con una jerarquía de inclusiones y exclusiones mas que un simple dualismo como ocurre en el modelo de la solidaridad. Las reglas que determinan el acceso a los grupos mas privilegiados también determinan la vulnerabilidad, y deciden “quién” queda excluido. Es así que se construye socialmente la identidad de los excluidos. Los mismos mecanismos podrán excluir a inmigrantes en una situación, a los analfabetos en otra, y a las minorías religiosas en una tercera. La exclusión es un aspecto central de este paradigma, un mecanismo que subyace la estructura existente de la sociedad.

Estos tres paradigmas en modo alguno agotan las diferentes maneras en las que se puede conceptualizar la integración social. Pero representan los principales modelos y deberían interpretarse como tipos ideales ya que, en realidad, cada sociedad está compuesta de una mezcla particular de las ideas que sustentan estos paradigmas.

 

2.         DEFINICIONES PRÁCTICAS DE EXCLUSIÓN SOCIAL.

Con miras a complementar el marco de referencia teórico, el proyecto ha escogido una definición conceptual práctica de la exclusión social. Adoptó y amplió una diferenciación utilizada dentro del marco del programa europeo de investigación sobre la exclusión social, porque se hizo evidente que el nivel de abstracción de esta definición permitía aplicar el concepto a una amplia gama de países, a diferentes niveles de desarrollo y diferentes posiciones en la economía mundial. La diferenciación se establece entre la exclusión social como un atributo de las personas y la exclusión social como una propiedad de las sociedades.

 

2.1. La Exclusión Social como un Atributo de las Personas:

Se concentra directamente en la clase de vida que está teniendo la gente. Aquellas personas o grupos que quedan excluidos se les considera que están en una situación de desventaja, de la misma manera como se consideran en desventaja aquellos con bajos ingresos. Pero el uso de la idea de la exclusión social va mas allá de una limitada definición de la pobreza como una falta de ingresos o de bienes materiales. El describir a personas como "socialmente excluidas" (en lugar de describirlas como "pobres") es sugerir que, en cierto sentido, están socialmente aisladas, que "tienen", o han experimentado, una débil relacionabilidad social. A los socialmente excluidos les podrán faltar vínculos con la familia, la comunidad local, las asociaciones voluntarias, los sindicatos o hasta con la nación. Podrán también tener desventajas en cuanto a la medida de sus derechos legales o de su capacidad para realmente ejercerlos. Esta perspectiva también ve la desventaja personal como una situación multidimensional y, en contraste con las tradicionales ideas sobre el estándar de vida y la pobreza, fusiona los aspectos de la desventaja relacionados tanto con el consumo como con el trabajo. Finalmente, se concentra sobre la dinámica de la causación cumulativa, describiendo los efectos de una retroalimentación (feedback) positiva que refuerzan la desventaja y que la pueden hacer irreversible, así como también los factores que pueden evitar los procesos de marginalización y de "desafiliación social". Es así que, esta manera de describir la desventaja dirige la atención a la capacidad de las personas para cambiar su posición dentro de una distribución de ingresos y jerarquía social, así como a la manera en que se distribuyen los ingresos y la forma de la jerarquía misma. Trae a colación preguntas respecto a la adecuidad de políticas de prestaciones sociales basadas en seguros contra riesgos y fluctuaciones cíclicas de la actividad económica para encarar emergentes patrones de desventaja.

 

2.2.La Exclusión Social como una Propiedad de las Sociedades:

Puede definirse de varias maneras. Un enfoque útil es una perspectiva institucional en la que la exclusión social es una propiedad del marco institucional básico y de los arreglos institucionales vigentes dentro de los que tanto las personas como los grupos "escogen opciones y continúan con su trabajo diario de ganarse la vida". En este sentido la exclusión social no se concentra en las personas sino en las instituciones, las reglas, formales e informales, explícitas y tácitas, que permiten y limitan la interacción humana. La exclusión social está presente como una propiedad estructural de un sistema socioeconómico cuando:

(a)    Una sociedad está dividida en segmentos y "los diversos segmentos de la sociedad se organizan en base a diferentes reglas, procesos a instituciones que producen diferentes sistemas de incentivos y desincentivos ante los cuales responden las personas"; y

(b)   Las reglas que permiten y limitan el acceso y la titularidad sobre los bienes, servicios, actividades y recursos son injustas en el sentido de que a ciertas categorías de personas se les niegan oportunidades que sí están abiertas a otras personas semejantes. La exclusión social es una propiedad de la sociedad si están presentes formas de discriminación racial, sexual y de otra índole; si están segmentados los mercados mediante los cuales las personas pueden ganarse la vida; o si los bienes públicos, que en teoría deberían estar al alcance de todos, sólo son semi-públicos.

 

En el proyecto, y principalmente mediante el trabajo de los equipos nacionales, se demostró que existían diferentes interpretaciones para tales definiciones. El concepto de la exclusión social se definió de una manera que era "apropiada para la situación de un país en particular". Por ejemplo, en el estudio del caso del Perú, la exclusión social es la incapacidad para participar en la vida económica, cultural y política. En el caso de Tailandia, la exclusión social es un proceso mediante el cual no se reconocen ni se respetan los derechos ciudadanos sobre los que descansan los estándares de ingresos y de vida. En Rusia, la exclusión social es una situación de privación múltiple, siendo una característica a la vez objetiva y subjetiva de la vida de las personas.

 

Pero estas diversas definiciones tienen cierto número de ingredientes en común. La exclusión social siempre se ve como un estado de malestar e discapacidad (pérdida de poder, inhabilitación) que experimentan las personas y los grupos. Como una descripción de la desventaja individual, la exclusión social abarca tanto problemas de bienestar--tal como se le entiende convencionalmente en los análisis económicos de la pobreza--y de agenciamiento--la incapacidad de las personas para encontrar empleo, para ganarse la vida o medios a través de los cuales se alcancen los derechos. Como una característica de la estructura de las sociedades, la exclusión social se manifiesta en repetidos patrones de relacionamientos sociales en los que a personas y grupos se les niega acceso a los bienes, servicios, actividades y recursos concomitantes con la condición de ciudadanos. Finalmente, los estudios también han demostrado que la exclusión social puede analizarse como un estado y como un proceso. En ambos casos esto implica ir mas allá de mecanismos de asignación de recursos y pasar a relaciones de poder, cultura e identidad social.

 

3.         EL DERECHO Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL.

Excluir significa diferenciar, distinguir, separar una cosa de otra. La Exclusión es una situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta. Debe distinguirse de la discriminación positiva (que supone diferenciación y reconocimiento); entre esas categorías se encuentran la raza, la orientación sexual, la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad. Existe una amplia legislación contra la discriminación en materia de igualdad de oportunidades de empleo, vivienda y bienes y servicios.

 

3.1. ¿CÓMO SE PRESENTA LA EXCLUSIÓN SOCIAL EN LA ACTUALIDAD?

La mayor parte de los países practican la exclusión contra extranjeros y otras minorías dentro de sus fronteras. Esta discriminación puede ser por razones de religión (como la existente entre protestantes y católicos o entre musulmanes y judíos), por razones de raza (como la política de apartheid que se practicó en Sudáfrica entre 1948 y 1992) o por razones de sexo (como ocurre en muchos países donde las mujeres tienen derechos muy limitados, o la discriminación a homosexuales). La legislación de cada país debería ser el medio para combatir la discriminación, pero con frecuencia son precisamente estas leyes las que, de forma activa o pasiva, alientan las prácticas discriminatorias. Por lo general se ha observado que la discriminación aumenta de forma considerable en períodos de recesión económica, en donde la población vuelca su insatisfacción sobre otros grupos étnicos o religiosos considerados como presuntos causantes de esta situación.

 

Los esfuerzos internacionales para combatir la discriminación han sido casi inexistentes hasta la aprobación de la Carta de las Naciones Unidas (ONU) en 1945. Uno de los objetivos de este documento era fomentar "el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los individuos sin distinción de raza, sexo, idioma o religión". La Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1948, contiene una amplia afirmación de los derechos humanos, aunque carece de efecto vinculante sobre los Estados miembros. Posteriormente la Asamblea General aprobó el Acuerdo sobre Derechos Civiles y Políticos (que entró en vigor en 1976), así como acuerdos específicos sobre prevención y penalización del genocidio y sobre eliminación de cualquier forma de exclusión racial. Estos acuerdos fueron firmados por la gran mayoría de los países, entre los que no se encontraba Estados Unidos, aunque en febrero de 1986 el Senado de este país respaldó la condena de la ONU sobre el genocidio.

 

El principal obstáculo a la protección internacional de los derechos humanos es el hecho de que la mayoría de los países no aceptan la intervención en sus asuntos internos, y no reconocen la exclusión y discriminación de sus propios ciudadanos. En cierta medida esta dificultad ha podido ser solventada por organizaciones como la Comisión Europea de Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Algunas organizaciones independientes, como Amnistía Internacional, trabajan por la protección de los derechos humanos y contra la exclusión y discriminación en todo el mundo.

 

3.2. ¿QUÉ ES EXCLUIR PARA EL DERECHO?

Aunque en general significa acción y efecto de separar o distinguir unas cosas de otras, en Derecho el término hace referencia al trato de inferioridad dado a una persona o grupo de personas por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de filiación o ideológicos, entre otros.

 

Ha sido tradicional la desigual consideración de los hijos según fuera su origen matrimonial o extramatrimonial. Así, los segundos tenían menos derechos en la herencia de sus progenitores que los hijos habidos en matrimonio. También, en el ámbito laboral, es reseñable el trato discriminatorio que sufren las mujeres, pues el coste que para las empresas supone contratar a una mujer, en especial si está casada, es mayor si se tiene en cuenta una posible baja por maternidad. Es célebre el caso que en Francia protagonizaron hace décadas las auxiliares de vuelo de la compañía aérea Air France: la discriminación venía dada, no por la condición de mujer, sino por la de ser mujer casada.

 

La política oficial de apartheid fue abolida en la República Sudafricana, en lo cual tuvo un protagonismo indudable el dirigente de la población negra Nelson Mandela, además de las presiones internacionales generalizadas. A pesar de todo, en los últimos tiempos se han recrudecido las prácticas racistas o xenófobas en los países occidentales (skin heads o 'cabezas rapadas', grupos neonazis, entre otros), y de una manera alarmante en algunos países árabes (Argelia, Irán, Egipto), en éstos ya con serias implicaciones religiosas.

 

Las modernas Constituciones prohíben la Exclusión Social, a partir de la proclamación de la igualdad de los ciudadanos ante la Ley. Es más, uno de los llamados derechos fundamentales es precisamente la no-discriminación por razón de nacimiento, sexo, raza o cualquier condición personal o social. En la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948 este derecho se encuentra reconocido expresamente.

 

No son pocas las legislaciones penales que consideran delito la práctica del funcionario público o del particular que desempeña un servicio público que deniega a una persona, por razón de origen, sexo, religión o raza, una prestación a la que tiene derecho.

 

La Constitución Política del Perú de 1993 señala claramente en el artículo 20 inciso 2, que: “Toda persona tiene derecho a la igualdad ante la Ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica, o de cualquier otra índole”. De igual manera, en el artículo 260, plasma dentro de su contenido la igualdad de oportunidades, concepto según el cual todas las personas deben tener las mismas oportunidades para acceder al mercado de trabajo, y no se debe ser objeto de discriminación por razón de sexo, raza, edad o creencias religiosas. Muchos países han promulgado leyes que castigan al que niegue un puesto de trabajo a una persona por alguno de los motivos anteriores. Algunas organizaciones van todavía más lejos y abogan por una política de discriminación positiva, como por ejemplo la que se deduce de fomentar el empleo de una minoría étnica. Aunque se han logrado importantes mejoras en cuanto a la igualdad de oportunidades, los hechos demuestran que todavía queda un largo camino por recorrer. En 1910, la escritora Clara Zetkin, compañera y amiga de Rosa Luxemburgo, organizó la primera conferencia internacional de mujeres socialistas, donde se aprobó una resolución que establecía el día 8 de marzo como Día Internacional de la mujer trabajadora. Hoy se celebra en otros países del mundo para recordar los derechos de la mujer. En Latinoamérica son muy desiguales, según los países, las leyes que protegen la igualdad de oportunidades. En Argentina, por ejemplo, existen leyes de protección, mas como en otros países, no siempre se cumplen.

 

Durante los últimos años se han incrementado los esfuerzos por reducir la discriminación laboral por causa de la edad, determinadas incapacidades físicas o la propia orientación sexual.

 

3.3. LAS RAÍCES DE LA EXCLUSIÓN: LA DISCRIMINACIÓN.

No cabe duda de que el racismo y la xenofobia son problemas graves que tienen planteados en la actualidad Europa y España. Pero si el racismo es exclusión por raza y xenofobia es exclusión por nacionalidad, el obligado debate será sobre la discriminación. Recomendar que no se ejerciten comportamientos racistas es una falacia, que cuando procede de quienes ostentan el poder se convierte en un claro ejercicio de hipocresía, por ser ellos los responsables de la Ley de Extranjería, y adquiere tintes de grave irresponsabilidad porque al obviar los restantes modos de discriminación los perpetúan, sabedores de que las recomendaciones no modifican los comportamientos.

 

3.3.1.       Discriminación.

He aquí el tema que como hecho existe mucho antes de que la palabra se crease. Esquemáticamente, se puede decir que discriminación es una conducta sistemáticamente injusta contra un grupo humano determinado.

 

Discriminar a un grupo social consiste en privarle de los mismos derechos que disfrutan otros grupos sociales: si se prohíbe al negro utilizar el mismo autobús que un blanco, se tratará de discriminación por raza; si se organiza la sociedad de modo que los cargos de responsabilidad sean ocupados por varones, estaremos ante la discriminación por sexo; y, si los ciudadanos de determinados países viven en el lujo y la opulencia mientras los de otras regiones lo hacen en la miseria y mueren de hambre, esto es resultado de la discriminación económica internacional; existiendo un sinfín de diversas formas de discriminación: por minusvalía, por pertenencia religiosa, por tendencia sexual, discriminación lingüística...

 

La discriminación es un fenómeno de relaciones intergrupales, de relaciones entre diversos grupos sociales, y tienen sus raíces en la opinión que un grupo tiene sobre otro. Los grupos en cuestión pueden ser parte interna de otra sociedad mayor (mujeres, ancianos, pobres, homosexuales...), o pueden ser un elemento externo (extranjeros, emigrantes, etc.) Por lo general, la mente humana prefiere pensar por medio de estereotipos, categorías y prejuicio, conducentes al hecho discriminatorio cuando se aplican esas opiniones estereotipadas a otros grupos. Es importante, por tanto, investigar los orígenes de las opiniones que un grupo tiene sobre otro, la Imagen de Grupo, ya sea de organizaciones (iglesia, ejército), ya sobre colectivos (seguidores de equipos), ya sobre categorías sociales (mujeres, varones, niños, ancianos), sin olvidar la imagen que el propio grupo tiene de sí mismo, la autoimagen. Por lo tanto, sería conveniente un estudio abstracto sobre las raíces de la discriminación en dos grupos, A y B, dividiendo el estudio en:

 

a.       Teorías desde el punto de vista del grupo A, el grupo discriminador.

b.      Teorías desde el punto de vista del grupo B, el grupo discriminado.

c.       Teorías desde el punto de vista de las relaciones entre el grupo A y el grupo B.

 

El tema tiene que ver, en última instancia, con la convivencia. Quien se arroga el derecho a discriminar, no sólo deteriora la convivencia, sino que se hace acreedor a ser víctima de discriminación por parte de otros grupos, porque el hecho discriminatorio impregna la vida cotidiana, como hemos visto ocasionalmente en tantos comentarios "de pasada", en que no se deja en muy buen lugar a los que no comulgan con los planteamientos generalmente aceptados por todos.

 

3.3.2.       Vivimos Discriminando y Excluyendo.

Si realmente el hecho de excluir está referido a la acción de separar, distinguir, diferenciar una cosa de otra, vivimos discriminando. Discriminamos cuando elegimos un amigo, tomamos un empleado, votamos a un representante político, elegimos esposa, etc.

 

La capacidad de elección es producto de la libertad. De por sí, no es algo bueno o malo, justo o injusto. Depende de las intenciones y razones por las que se discrimina. En el caso sociológico jurídico, si tenemos en cuenta y estamos de acuerdo con la 2a acepción que da la Real Academia con respecto a la definición de Discriminación, la cual señala que ninguna persona puede ser considerada inferior, ya que todos los hombres son esencialmente iguales, puesto que no se puede "establecer diferencias en los derechos" por motivos "raciales, religiosos o políticos" agregando un "etcétera" que, al no especificar, se permite incluir a cualquier minoría: narcotraficantes, mafiosos, ladrones, prostitutas, pederastas, etc. Esta definición parecer haber inspirado a los redactores de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires cuando en 1996, en forma inconsulta, aprobaron el Art. 110 que dice: "Se reconoce y garantiza el derecho a ser diferente por razones de orientación sexual, edad, etc." Derecho a ser diferentes ¿de que? Parece bien claro: de la heterosexualidad. Tampoco hace distinciones sobre cuales son esas orientaciones diferentes. Podrían ser homosexualismo, travestismo, sadomasoquismo, pederastia y -por qué no- necrofilia, zoofilia y gerontofilia: todas son "orientaciones sexuales".

 

La posibilidad de que la pederastia esté integrada al artículo citado, no es subjetiva, porque luego de defender y garantizar "el derecho a ser diferente por razones de orientación sexual" dice "edad", lo que equivale a decir que el hombre tiene derecho a ser diferente a cualquier edad (infancia, pubertad, etc.). Es un ataque velado a la autoridad de los padres y, además, deja un campo abierto y sin barreras para la pederastia.

 

En la Argentina, si la persona objeto fuere menor de 18 años, la pederastia es un delito. En algunos países se ha reducido a los 16 años. Además, la Asociación Norteamericana que promueve el "amor" entre hombres y muchachos (NAMBLA) tiene proyectado reducir la edad mínima a 14 años. Conviene recordar que NAMBLA está afiliada a ILGA (asociación que defiende los derechos de los homosexuales, pederastas y masoquistas) que desde 1997 es miembro del Consejo Económico y Social de la ONU.

 

Sería constitucional en la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo con dicho artículo, una relación sexual entre un pederasta y un niño de 14 años.  

 

4.         TIPOS DE EXCLUSIÓN SOCIAL

Dentro de este acápite presentaremos como tipos de exclusión social, lo siguiente:

-           Racismo y xenofobia.

-           Homofobia o rechazo a las orientaciones sexuales distintas a las mayoritarias.

-           Exclusión a personas discapacitadas o enfermos.

-           Exclusión a las mujeres (machismo).

-           Discriminación religiosa.

-           Diferenciación según el estrato social

-           Discriminación positiva.

 

4.1. RACISMO Y XENOFOBIA.

El racismo es una teoría fundamentada en el prejuicio según el cual hay razas humanas que presentan diferencias biológicas que justifican relaciones de dominio entre ellas, así como comportamientos de rechazo o agresión. El término 'racismo' se aplica tanto a esta doctrina como al comportamiento inspirado en ella y se relaciona frecuentemente con la xenofobia (odio a los extranjeros) y la segregación social, que son sus manifestaciones más evidentes.

 

A principios del siglo XX tuvo lugar una toma de conciencia internacional del fenómeno del racismo. Los procesos de Nuremberg a los criminales de guerra nazis crearon una situación psicológica y política decisiva en la voluntad de las naciones para erradicar el racismo. Sin embargo, en la sociedad actual aún perduran numerosas formas de racismo, a pesar de las exhortaciones de los organismos internacionales y especialmente de los acuerdos alcanzados respecto a los derechos de las minorías y de las personas. El apartheid [1] en Africa del Sur ha ignorado estos acuerdos sistemáticamente hasta 1990. La masacre de la minoría tutsi en Ruanda en 1993 y la 'limpieza étnica' emprendida por los serbios en la antigua Yugoslavia a partir de 1991, son claras violaciones de los acuerdos internacionales.

 

Aunque el racismo no se haya erradicado, la ideología en la que se basa ha sido sometida a una crítica radical en la segunda mitad del siglo XX. La ciencia ha rechazado el concepto de raza poniendo en evidencia su carácter subjetivo, basado en prejuicios. Antropólogos, biólogos, genetistas y sociólogos han demostrado que la noción de raza carecía de sentido en la medida en que el género humano es uno e indivisible.

 

Organizaciones antirracistas nacionales e internacionales luchan contra cualquier forma de discriminación. Las actitudes racistas que combaten numerosas organizaciones tienen en buena medida razones psicológicas. Se fundan en reacciones de miedo ante la diversidad y a la incomprensión de lo desconocido, que engendra sentimientos de odio y una violencia muchas veces mal dirigida. Debido a la complejidad del fenómeno, el racismo es difícil de combatir.

 

Se han registrado casos de organizaciones formadas para "luchar" contra personas de otras razas. Muy conocido es el caso del Ku Klux Klan, organización terrorista secreta creada en los estados sureños de Estados Unidos el 24 de diciembre de 1865, por seis antiguos oficiales del ejército confederado que dieron a su sociedad un nombre adaptado de la palabra griega kuklos ('círculo'). Los miembros del Klan creían en la inferioridad innata de los negros y, por tanto, estaban resentidos por ver a antiguos esclavos en condiciones de igualdad social y a menudo accediendo a cargos de importancia política, por lo que se convirtió en una organización ilegal comprometida a luchar contra la política de los republicanos. Ataviados con túnicas y ocultando sus rostros con capirotes blancos, los hombres del Klan actuaron contra los oficiales públicos y contra los negros en general. Eran capaces de azotar, mutilar y asesinar a sus víctimas. Estas actividades las consideraban necesarias para defender la supremacía blanca. Las organizaciones locales, llamadas klaverns, se tornaron tan incontrolables y violentas que el antiguo general confederado Nathan B. Forrest, disolvió oficialmente el Klan en 1869. Sin embargo, las klaverns continuaron operando por su cuenta. En 1871, el presidente Ulysses S. Grant apeló a todos los miembros de organizaciones ilegales para que dejaran las armas y se disolvieran. A partir de ese momento fueron arrestados cientos de miembros del Klan y numerosas klaverns desaparecieron.

 

Pero esta no fue la única organización de estas características: El nombre, rituales y algunas actitudes del Klan original fueron adoptados por una nueva organización surgida en Georgia en 1915. Fundada por el antiguo pastor metodista, coronel William Simmons, su denominación fue Imperio Invisible, Caballeros del Ku Klux Klan. Se aceptaba como miembros a todos los blancos, varones y protestantes, a partir de los 16 años de edad; quedaban excluidos los negros, católicos y judíos, todos los cuales fueron difamados y perseguidos por parte de la organización. En esta segunda etapa, el Klan cumplió sus objetivos, y además de los negros, persiguió a católicos, extranjeros, liberales, sindicalistas y huelguistas, por considerar los elementos subversivos para los valores estadounidenses, manteniendo la simbología, actividades y actitudes coactivas del grupo fundador.

 

Las revelaciones en la prensa de los crímenes y coacciones cometidas por el Klan condujeron a una investigación por parte del Congreso en 1921. Desde ese año, el Klan experimentó un rápido incremento de sus miembros y su influencia política abarcó todo el país, alcanzando la cifra de 3 millones de miembros en 1924.

 

Con la entrada de Estados Unidos en la II Guerra Mundial, redujo sus actividades. En 1944 se disolvió formalmente cuando no pudo pagar los impuestos que debía al gobierno federal. El resurgimiento de sus actividades después de la guerra despertó un sentimiento público masivo de rechazo y el Klan se escindió en numerosos grupúsculos.

 

4.2. HOMOFOBIA.

La homofobia es una enfermedad psico-social que se define por tener odio a los homosexuales. La homofobia pertenece al mismo grupo que otras enfermedades parecidas, como el racismo, la xenofobia o el machismo. Este grupo de enfermedades se conoce con el nombre genérico de fascismo, y se fundamenta en el odio al otro, entendido éste como una entidad ajena y peligrosa, con valores particulares y extraños, amenazadores para la sociedad, y -lo que es peor- contagiosos.

 

La homofobia, como las demás variantes del fascismo, prepara siempre las condiciones del exterminio. Pasiva o activamente crea y consolida un marco de referencias agresivo contra los gays y las lesbianas, identificándoles como personas peligrosas, viciosas, ridículas, anormales, y enfermas, marcándoles con un estigma específico que es el cimiento para las acciones de violencia política (desigualdad legal), social (exclusión y escarnio públicos) o física (ataques y asesinatos).

 

Todo el mundo recuerda que los nazis exterminaron a varios millones de judíos; pero nadie recuerda que también exterminaron a cientos de miles de homosexuales, y que tras la derrota nazi muchos de ellos siguieron en prisión porque en Alemania (antes y después de la 2ª Guerra Mundial) la homosexualidad era delito.

 

Algunas naciones como, por ejemplo, Gran Bretaña y Alemania han legalizado las relaciones homosexuales entre adultos. Sin embargo, en muchos países el hecho de ser homosexual o de practicar la homosexualidad puede provocar la pérdida del trabajo, la discriminación en la concesión de vivienda, el rechazo social e incluso la cárcel. Durante los últimos años, los grupos a favor de los derechos de los gays han trabajado para conseguir una mayor aceptación de la homosexualidad por parte de la opinión pública y en la legislación. El nivel de aceptación alcanzado en la década de 1970 disminuyó durante la década siguiente debido a la reacción pública negativa respecto a la propagación del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA o AIDS en inglés), que afecta en mayor proporción a la sociedad homosexual masculina. Este hecho condujo al rechazo social y a un prejuicio creciente contra los homosexuales.

 

En España y en América Latina hay diversas asociaciones para la defensa de los derechos civiles de homosexuales masculinos y femeninos. Aunque la permisividad hacia este tipo de orientaciones de género ha aumentado en los últimos años, queda aún un largo camino por recorrer.

 

Estas personas (los homosexuales), como toda persona humana, son sujetos de derechos fundamentales, como derecho al trabajo, a una vivienda, etc. Con todo, esos derechos no son absolutos ya que pueden ser limitados legítimamente por la ley a causa de comportamientos externos objetivamente desordenados que atenten contra el bien común o contra los más débiles (ya sea física o moralmente).

 

Esta reducción de derechos no absolutos se practican en muchos casos: en determinadas enfermedades contagiosas, enfermos mentales, individuos socialmente peligrosos, etc. De este modo, existe una discriminación justa: existen ámbitos en los que no se da discriminación injusta cuando se tiene en cuenta la tendencia sexual, por ejemplo: en la adopción o custodia de niños o en la contratación de profesores o instructores de educación física.

 

La discriminación verdadera, es decir, la que afectaría a una persona con tendencias homosexuales que quiere vivir castamente, es casi nula porque, por lo general, la mayoría de las personas con tendencia homosexual que procurar llevar una vida casta no dan a conocer públicamente su tendencia; en consecuencia el problema de la discriminación en función de empleo, vivienda, etc. normalmente no se plantea. Por el contrario, los homosexuales que declaran su homosexualidad son, casi siempre, personas que consideran su comportamiento o su estilo de vida homosexual como indiferente, y por eso digno de aprobación pública. Estos normalmente usan el lema de la "discriminación sexual" como un arma política para manipular la sociedad y la iglesia.

 

4.3. EXCLUSIÓN A DISCAPACITADOS Y ENFERMOS.

Los discapacitados a veces tienen dificultad para ciertas actividades consideradas por otras personas como totalmente normales, como viajar en transporte público, subir escaleras o incluso utilizar ciertos electrodomésticos. Sin embargo, el mayor reto para los discapacitados ha sido convencer a la sociedad de que no son una clase aparte. Históricamente han sido compadecidos, ignorados, denigrados e incluso ocultados en instituciones.

 

Hasta la segunda mitad del siglo XX fue difícil que la sociedad reconociera que los discapacitados (aparte de su defecto específico) tenían las mismas capacidades, necesidades e intereses que el resto de la población; por ello seguía existiendo un trato discriminatorio en aspectos importantes de la vida.

 

Había empresarios que se resistían a dar trabajo o promocionar a discapacitados, propietarios que se negaban a alquilarles sus casas y tribunales que a veces privaban a los discapacitados de derechos básicos como los de custodia de los hijos. En las últimas décadas esta situación ha ido mejorando gracias a cambios en la legislación, a la actitud de la población y a la lucha de los discapacitados por sus derechos como ciudadanos e individuos productivos.

 

Los discapacitados, en el ejercicio de sus derechos, han luchado por establecer los siguientes principios: ser evaluados por sus méritos personales, no por ideas estereotipadas sobre discapacidades; conseguir que la sociedad realice cambios que les permitan participar con más facilidad en la vida empresarial y social (facilitar el acceso con sillas de ruedas al transporte público, a edificios y a espectáculos) y, finalmente, integrarse con la población capacitada.

 

El movimiento a favor de los derechos de los discapacitados ha encontrado una cierta oposición en grupos que consideran un coste prohibitivo realizar los cambios necesarios. Además, la ausencia de instalaciones que facilitarían la integración de los discapacitados en la vida pública es utilizada a veces por las personas capacitadas como excusa para ignorar este tema.

 

Así como se discrimina a los discapacitados físicos o mentales, también se hace lo mismo con los que padecen alguna enfermedad, y el ejemplo más común en este caso es el de los infectados por el virus del HIV/SIDA.

 

En la actualidad, los enfermos de HIV/SIDA son uno de los grupos más grandes de marginados. Se los discrimina de todas las formas imaginables:

-           Niños y adolescentes expulsados de sus hogares por sus propios padres.

-           Estudiantes expulsados de los colegios para "proteger" a los demás alumnos. Y hasta marchas de padres exigiendo la expulsión de los mismos para velar por la seguridad de sus hijos.

-           La prensa amarillista que dedica gran parte de su tiempo a hacer del sufrimiento de los enfermos un objeto del sensacionalismo.

-           Discriminación en la denominación, al llamarlos "sidosos", "sidáticos", "sidóticos", etc., cuando el término correcto sería "enfermo de SIDA".

-           La discriminación social por parte de algunos, al afirmar que el SIDA es una "enfermedad justiciera", que viene a limpiar al mundo de homosexuales, drogadictos y prostitutas.

-           Personas que aún son aptas para el trabajo y, aún así, son expulsadas de sus empleos.

-           Profesionales que niegan su atención "por miedo a infectarse".

 

4.4. EXCLUSIÓN A MUJERES: MACHISMO.

Dentro de este problema que consiste en la exclusión a mujeres, destacaremos otro que en muchos casos atormenta en nuestra sociedad que es la exclusión a varones. Si bien es cierto el machismo es una discriminación sexual, de carácter dominante, adoptada por los hombres pero, a pesar de que se ha escrito profusamente de los devastadores efectos del machismo; cabe señalar que hoy en día, principalmente en América Latina y el Caribe, muchas veces el hombre es aparentemente discriminado, cuando en muchos de los anuncios de trabajo se pide como primer requisito tener sexo femenino y con buena presencia; y es más, dentro de esta discriminación, se escoge no necesariamente a la persona que posee las cualidades intelectuales adecuadas, sino a aquella que tiene las cualidades físicas mejor definidas.

 

La discriminación sexual es una de las más arraigadas en nuestra sociedad, sin duda por sus precedentes históricos, que se asientan sobre una base difícil de echar abajo. El hombre que ha sido educado en una cultura machista aprendió desde temprana edad a respetar, admirar o temer a otro varón tanto física como intelectualmente. Sin embargo su "cultura" le enseñó a ver a la mujer en términos de valores o atributos físicos: instrumento de placer, objeto de exhibición y reproductora de la especie. Su admiración o atracción hacia la mujer se basa, principalmente, en una concepción biológica de la misma.

 

Hay mujeres que en su trabajo no le es permitido alcanzar diversos puestos de alta responsabilidad aunque estén incluso más capacitadas que los otros aspirantes masculinos para ese puesto, y esto es debido a que algunas personas sólo se fijan en la fachada, y no miran lo que realmente se debería mirar, el interior de las personas.

 

Otras mujeres ni siquiera han logrado alcanzar un puesto de trabajo debido a que en su familia el marido trabaja y ella tiene que dedicarse a las labores de la casa. Esto no debería ser así, si la mujer quiere trabajar se debería contratar un/a empleado/a de hogar que se encargue de esa labor.

 

La discriminación sexual hacia las mujeres tiene un carácter histórico, puesto que a lo largo de los tiempos se observa que ha habido una gran discriminación, ya que las féminas no podían alcanzar ni cargos políticos, incluso en algunos sitios no podían salir a la calle sin su marido ni tener un trabajo remunerado.

 

Un ejemplo ilustrativo del sexismo en el trabajo se obtiene comparando la proporción por sexos actual y la estimada en la población mundial. El economista indio Amartya Sen ha estimado que faltan 100 millones de mujeres en el mundo, lo que equivale al volumen anual de crecimiento actual. Este déficit tan grande es probablemente el mejor indicador del alcance del sexismo en todas sus formas de que disponen los científicos.

 

Es discutible la base utilizada para el cálculo de esos 100 millones de mujeres de déficit. La proporción de nacimientos es de alrededor de 105 mujeres por cada 100 varones. Existe una mayor proporción de mortalidad en los hombres y la esperanza de vida de la mujer es aproximadamente seis años mayor que la del hombre. Por lo tanto, la expectativa es que habrá más mujeres que hombres en el mundo. Sin embargo, este cálculo sólo es cierto para Europa, América y los países más ricos de la costa asiática como Japón, Taiwan, Australia y Nueva Zelanda. Otros países como Pakistán, China, algunos estados de la India y algunas partes de África tienen más hombres que mujeres, es decir, lo contrario a lo esperado dada la herencia evolutiva y la tecnología médica y medioambiental disponibles en el mundo contemporáneo. La explicación de este fenómeno es múltiple: desde el infanticidio de niñas recién nacidas en los casos extremos, al impacto de la negación a que las mujeres dispongan de los servicios y oportunidades que sí disfrutan los hombres.

 

Además, en ciertos países (especialmente asiáticos), donde la práctica de la religión se vuelve un fanatismo, hay una clara diferenciación de la mujer. Ejemplos concretos son los de los países que practican el Islam o el Musulmán. La vestimenta tradicional islámica para las mujeres consiste en una túnica que cubre todo el cuerpo, dejando al descubierto sólo los ojos. En ciertos casos, además, se las obliga a llevar guantes que oculten sus manos.

 

4.5. EXCLUSIÓN RELIGIOSA.

Existen numerosos casos de personas que son discriminadas por su inclinación hacia determinada religión. Sin duda, el ejemplo más trágico de esto sería el genocidio realizado por la Alemania nacionalsocialista durante las décadas de 1930 y 1940 para aniquilar la población judía de Europa. Al final de la II Guerra Mundial en 1945, en torno a seis millones de judíos habían sido asesinados en campos de concentración y pogromos por los nazis.

 

El artículo 1, inciso 3º, de la Declaración Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Intolerancia y Discriminación Fundadas en la Religión o las Convicciones, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, establece que "La libertad de manifestar la propia religión o las propias convicciones estará sujeta únicamente a las limitaciones que prescriba la ley y que sean necesarias para proteger la seguridad, el orden, la salud o la moral públicos o los derechos y libertades fundamentales de los demás."

 

Además, el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, dice: "Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; ese derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia".

 

Hay muchas enseñanzas de la Biblia que claramente nos dicen que los cristianos no debemos sostener ideologías que consideren una raza, cultura, lugar o trabajo, y estatus como superior a otro. Desde el lado bíblico, uno puede ver que todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto somos todos iguales ante los ojos de nuestro Creador.

 

Está escrito también que Jesús murió por todos nuestros pecados y su muerte derribó el muro de la hostilidad, trayendo a existir una nueva comunidad para todas las naciones, tribus, y lenguas. Hoy la mayoría de la gente fracasa enseñándole a sus hijos lo perverso que es el odio y el desprecio por personas de otras culturas.

 

Es triste también saber que la atrocidad de la discriminación ocurre, en gran parte en organizaciones cristianas. Hay ciertas personas que se consideran cristianos y, sin embargo, son ellos los que dan oportunidades sólo a aquellas personas que pertenecen a su mismo país, grupo étnico o ideología. Son aquellos que participan de conferencias y reuniones y nunca implementan lo que resulta de los mismos. Si la gente joven trabajadora plantea sus problemas, son marginados.

 

Es desalentador darse cuenta que inclusive en nuestros lugares de oración, la discriminación igual está presente. Las iglesias son lugares donde uno debería ver modelos de integración al mismo tiempo que orar. La iglesia debería estar abierta a todos y respetar a todos por igual. Es peor aún y desafortunado que la mayoría no focaliza en estas cosas.

 

 

4.6. DIFERENCIACIÓN SEGÚN EL ESTRATO SOCIAL.

Clase social, en sociología, término que indica un estrato social en una sociedad y su estatus correspondiente. El principio de organización en clases sociales es diferente del que opera en las sociedades de castas o estamentales y choca con la ideología igualitaria asociada a la ciudadanía en los Estados de derecho.

 

Cada uno de estos sistemas define a las personas y a los grupos según cuatro parámetros: su procedencia, su trabajo, el tipo de personas con quienes pueden contraer matrimonio y los tipos de derechos y deberes rituales propios. Además, cada uno de estos sistemas está regido básicamente por un determinado tipo de regulación. La casta está regida por una reglamentación de tipo religioso, el Estado por una de tipo legal y el estamento por una de tipo social. La clase social se diferencia de ellas en que está regida fundamentalmente por una ordenación de tipo económico. El lenguaje cotidiano y la terminología de los medios de comunicación no coinciden con estas definiciones sociológicas.

 

En la mayoría de los países (y entre un país y otro) las desigualdades en cuanto a capital, ingresos, sanidad y educación son cada vez mayores. Algunos sociólogos intentan explicarlas utilizando otros atributos humanos como género, raza, religión o inteligencia, aunque este debate supone restar importancia a las terminologías o al significado de clase social. Otros autores destacan los grandes cambios que han tenido lugar a medida que la estructura de las sociedades se ha transformado gracias a los avances tecnológicos. Así, por ejemplo, las clases más desfavorecidas han podido mejorar sus condiciones de vida, en términos absolutos, al aumentar la riqueza y organizarse el Estado de bienestar.

 

Generalmente se define ‘clase social’ como grupo de personas situadas en condiciones similares en el mercado de trabajo. Esto significa que las clases sociales tienen un acceso distinto, y normalmente desigual, a privilegios, ventajas y oportunidades. En las sociedades actuales, por ejemplo, encontramos directores de grandes empresas con salarios muy elevados, mientras que los jubilados reciben pensiones escasas. Los hijos de los grupos con mayor poder adquisitivo van a escuelas distintas, obtienen calificaciones escolares superiores, disponen de diferentes oportunidades de trabajo o gozan de mejores condiciones de vivienda.

 

Una de las formas más denigrantes de discriminar a una persona por considerarla social o culturalmente inferior, es la esclavitud. Un esclavo se caracteriza porque su trabajo o sus servicios se obtienen por la fuerza y su persona física es considerada como propiedad de su dueño, que dispone de él a su voluntad.

 

Desde los tiempos más remotos, el esclavo se definía legalmente como una mercancía que el dueño podía vender, comprar, regalar o cambiar por una deuda, sin que el esclavo pudiera ejercer ningún derecho u objeción personal o legal. A menudo existen diferencias étnicas entre el tratante de esclavos y el esclavo, ya que la esclavitud suele estar basada en un fuerte prejuicio racial según el cual el grupo étnico al que pertenece el tratante es considerado superior al de los esclavos.

 

La exploración de las costas de África, el descubrimiento de América por los españoles en el siglo XV y su colonización en los tres siglos siguientes, impulsó de forma considerable el comercio moderno de esclavos. Portugal, que necesitaba trabajadores para el campo, fue el primer país europeo que cubrió su demanda de trabajo con la importación de esclavos. En el siglo XVI los colonizadores españoles obligaron a los indígenas americanos a cultivar grandes plantaciones y trabajar en las minas. Los indígenas no estaban acostumbrados a vivir como esclavos y no podían sobrevivir en estas condiciones, en parte debido a su falta de inmunización contra las enfermedades europeas y a las duras condiciones de trabajo.

 

Otra forma de diferenciación social se produce con la explotación del trabajador. La explotación consiste en el pago al propietario de un factor de producción (trabajo, energía) de una cantidad inferior al valor del producto. Este término puede tener dos significados básicos: el primero es el uso de bienes materiales, normalmente con un suministro fijo, para los fines establecidos por los que se realiza su manipulación, y el segundo, más negativo, es un elemento clave de la teoría marxista sobre la lucha de clases.

 

4.7. EXCLUSIÓN POSITIVA.

El concepto, “Política social dirigida a mejorar la calidad de vida de grupos desfavorecidos, proporcionándoles la oportunidad de conseguir alimentos y de disponer de derechos civiles”, fue utilizado, por ejemplo, en las décadas de 1960 y 1970 en Gran Bretaña para definir las áreas prioritarias de educación. Su equivalente en Estados Unidos es la disposición de intercambiar niños entre áreas escolares con el fin de favorecer una mayor mezcla étnica en las escuelas.

 

Ambos términos han surgido al intentar las democracias parlamentarias liberales crear un área de juego con igualdad de oportunidades para todos los grupos con independencia de sus desventajas históricas o de explotación. Los programas están especialmente concebidos para eliminar el racismo, el sexismo y la discriminación contra las personas mayores y los discapacitados. El objetivo de estos movimientos es combatir cualquier estatus o característica que tradicionalmente ha justificado un tratamiento desigual promoviendo los derechos y privilegios del grupo desfavorecido en cuestión. La teoría subyacente es que si, a través de acciones tales como el trato preferencial a la hora de conceder un trabajo, se consigue que el grupo desfavorecido comience a ser respetado, se podrán ir retirando de forma paulatina las acciones oficiales y se establecerá una igualdad de oportunidades o, en el caso ideal, una igualdad de resultados.

 

Aunque es patente que muchos colectivos (grupos étnicos, mujeres, personas mayores, discapacitados, homosexuales, niños, etc.) reciben un trato injusto, resulta difícil demostrar legalmente esta discriminación.

 

Las principales áreas de discriminación positiva tienden a combatir el racismo, el sexismo y a defender a los niños. Ejemplos como los documentos de transporte especiales para la tercera edad o el establecimiento de porcentajes de empleo para discapacitados, ponen de manifiesto la naturaleza de esta reforma social.

 

5.         LA INTEGRACIÓN SOCIAL COMO MEDIDA DE SOLUCIÓN A LA EXCLUSIÓN SOCIAL.

Para dar inicio con este tema hay que tener en cuenta que la integración social continuará siendo un concepto vacío a no ser que nos pongamos de acuerdo en preparar una lista, no importa cuan incompleta o ambigua, de los reclamos universales de la vida poniendo al descubierto la satisfacción que puede emerger de un orden social genuinamente armonioso.

 

En este apartado enunciaremos situaciones, personajes y organismos con relación a la lucha contra la exclusión social en el ámbito mundial y son iniciadores de una integración. Mencionaremos algunos de los muchos tratados internacionales los cuales con su cumplimiento nos llevan a una integración social.

 

Sepamos también que la base de gran parte de la pobreza y exclusión en las ciudades peruanas e incluso de otros países se encuentra en la dificultad de acceso al trabajo. El empleo es en la actualidad uno de los bienes más escasos y es, al mismo tiempo, uno de los pocos mecanismos existentes de integración y vinculación social, aunque debería ser lo contrario como señalaremos a continuación.

 

5.1. EL PAPEL DEL EMPLEO COMO EL INSTRUMENTO PARA LUCHAR CONTRA LA EXCLUSIÓN SOCIAL Y LA POBREZA. [2]

"El empleo es el factor clave para resolver los problemas de la pobreza y de la exclusión social", declaró Juan Somavia, el Director General de la OIT, durante la conferencia de ministros de Trabajo del Grupo de los 8 (G8) reunida en Turín, y añadió que "el empleo crea integración social en todas sus formas, puesto que no sólo proporciona ingresos, sino también seguridad, realización personal y autoestima para los trabajadores que están organizados y representados".

 

Pero Somavia advirtió también que el empleo sólo puede desempeñar este papel de catarsis social cuando se dan las condiciones justas, caracterizadas por él como un "trabajo decente".

 

El Director General de la OIT define el "trabajo decente" como "un trabajo que satisface las aspiraciones fundamentales del individuo, no sólo en cuanto a ingresos, sino también en cuanto a seguridad para él y para su familia, sin discriminación ni imposiciones vejatorias, y que da un trato igual a la mujer y al hombre." Somavia insiste en que garantizar un trabajo decente debería ser un objetivo tanto para los países en desarrollo como para las economías industrializadas y que debería extenderse a la totalidad de los trabajadores.

 

Lo que nos hace falta, a nivel nacional e internacional, insistió Somavia, es "una estrategia de empleo integradora". Esa estrategia tiene que afrontar la realidad de que la economía no estructurada y la economía del saber están creciendo por igual, pero en direcciones diversas. Será importante adaptarse a nuevas formas de organización de las empresas, a nuevas oportunidades para las pequeñas empresas. Cada vez más las empresas descubrirán que tienen que mantener ciertas normas laborales cuando operan más allá de las fronteras en la economía del saber.

 

El Director General de la OIT subrayó, además, que las instituciones de seguridad social deben preservar los valores fundamentales de solidaridad y seguridad a la hora de "elaborar sistemas que puedan abarcar a todos". Y previno del peligro de crear "un sistema de doble nivel, que contemple unas normas para la protección de los grupos con ingresos bajos, y otras para los grupos de rentas medias y altas".

 

El Director General de la OIT afirmó que la Organización y los trabajadores, los empleadores y los gobiernos que son sus miembros constituyentes tienen a su disposición una amplia gama de instrumentos para lograr que los citados principios y derechos se hagan realidad. "Los Convenios de la OIT", puntualizó, "pasan a formar parte de la legislación nacional una vez ratificados, y son puestos en práctica en los tribunales nacionales." La OIT tiene, además, su propio sistema de supervisión independiente. Proporciona asistencia técnica en materia de legislación laboral, sistemas de mediación, sistemas de inspección y una amplia gama de apoyos institucionales para promover ese objetivo de hacer realidad los derechos básicos.

 

Somavia recalcó "el rápido desarrollo del programa de cooperación técnica [de la OIT] basado en la Declaración, que brinda ayuda a los países que encuentran problemas en la aplicación de esos derechos, para que hagan frente a sus compromisos".

 

Reconociendo que no existen "soluciones uniformes" para los diversos retos que se les presentan a los responsables de elaborar políticas sobre el mercado de trabajo, el Director General de la OIT ponderó la importancia de "desarrollar diálogos y negociaciones sobre caminos para llegar al trabajo decente que sean a un tiempo económicamente productivos y socialmente sostenibles, y que sean obra de los trabajadores y los empleadores a quienes conciernen".

 

5.2. LUCHA CONTRA LA EXCLUSIÓN.

Richard Wright: uno de los primeros autores negros estadounidenses en protestar contra la discriminación de las gentes de color, estudió el modo en que la sociedad blanca alteró negativamente la cultura negra. Miembro del Partido Comunista, a partir de 1937, trabajó como editor del periódico del partido, el Daily Worker. Su obra más conocida es la novela Hijo nativo —en la que describe cómo un joven de color se ve empujado al asesinato.

 

Protesta budista: Un monje budista vietnamita se prendió fuego a sí mismo en un acto de protesta contra el gobierno de Ngô Dinh Diêm en junio de 1963. Los budistas, que constituían la mayoría en Vietnam, acusaban al régimen procristiano de Diêm de discriminación religiosa.

 

Nelson Mandela: Antes de convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica en 1994, Nelson Mandela pasó gran parte de su vida en prisión por encabezar la oposición negra al opresivo gobierno de la minoría blanca. Durante esos años, Mandela se convirtió en el símbolo mundial de la resistencia del dominio blanco en Sudáfrica. Fue liberado el 11 de febrero de 1990. El 10 de diciembre de 1993, el presidente sudafricano, F.W. De Klerk, y Nelson Mandela, recibieron el Premio Nobel de la Paz por su labor en favor de la armonía racial en Sudáfrica.

 

Oliver Tambo: Oliver Tambo fue un activo oponente del apartheid (segregación racial) desde sus días de estudiante y llegó a ser presidente del Congreso Nacional Africano (ANC). Dirigió al partido en el exilio durante los 30 años que estuvo prohibido en Sudáfrica (1960-1990). Regresó a su país en 1990, pero sus problemas de salud le obligaron a dejar la presidencia del ANC en manos de Nelson Mandela al año siguiente. Tras su fallecimiento en 1993, recibió un funeral con honores de jefe de Estado en reconocimiento a su lucha por la consecución de un gobierno de la mayoría en Sudáfrica.

 

Joe Slovo: fue secretario general del Partido Comunista Sudafricano y alto cargo del Congreso Nacional Africano (CNA). Fue elegido parlamentario en abril de 1994 y fue ministro en el nuevo Gobierno de Nelson Mandela. Murió asesinado el 6 de enero de 1995.

 

Gloria Steinem: Alrededor de 1960, las condiciones sociales y económicas habían contribuido a que las mujeres ampliaran sus actividades fuera del hogar, en fábricas y oficinas. Esto, unido a otros cambios sociales, convenció a las mujeres de que era el momento de exigir igualdad con los hombres. Mujeres como Gloria Steinem, Betty Friedan y Kate Millett se convirtieron en las principales figuras del movimiento feminista. Como escritora, Steinem fundó la revista Ms y apoyó la fundación de la National Women's Political Caucus y la Women's Action Alliance. En su "Discurso a las mujeres de Estados Unidos", Steinem exige que no existan más roles que "aquéllos que se eligen libremente".

 

Martin Luther King: Martin Luther King se erigió como líder del movimiento en favor de los derechos civiles de las minorías, tras organizar el famoso boicoteo al transporte público en Montgomery (Alabama) en 1955. Luchó por un trato igualitario y mejoró la situación de la comunidad negra mediante protestas pacíficas y enérgicos discursos sobre la necesidad de erradicar la desigualdad racial institucional. En 1963 encabezó una marcha pacífica desde el Washington Monument hasta el Lincoln Memorial, donde pronunció su discurso más famoso: "Tengo un sueño".

 

El 3 de abril de 1968, Martin Luther King, sometido a una gran tensión, pronunció un discurso en el que dijo: "He estado en la cima de una montaña y he visto la Tierra Prometida". Ésta fue una de sus muchas alusiones a su creencia de que su muerte estaba próxima. Al día siguiente, King fue asesinado en Memphis, Tennessee (EEUU).

 

Focolares: movimiento católico fundado en Italia por Chiara Lubich a mediados de la década de 1940. Su objetivo es testimoniar el amor y la unidad entre los más alejados de la Iglesia, luchando contra las desigualdades sociales y raciales. Cada año celebran una jornada de convivencia llamada 'mariápolis', ya que el movimiento también se conoce con el nombre de Obra de María. Su principal órgano de difusión lo constituye la revista Ciudad Nueva.

 

Centro Cívico Martin Luther King: Martin Luther King está enterrado en el cementerio de la iglesia baptista Ebenezer. Esta iglesia pertenece al Centro Cívico Martin Luther King para el Cambio Social No-Violento. Ubicado en Atlanta (EEUU), este centro guarda muchos documentos de King sobre el movimiento pro derechos civiles.

 

Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI): El INADI tiene por objeto elaborar medidas concretas en el ámbito nacional para combatir la discriminación, la xenofobia y el racismo; y recibir denuncias sobre conductas discriminatorias, xenofóbicas o racistas. Además impulsa campañas educativas tendientes a valorizar el pluralismo social y cultural, y al eliminación de actitudes discriminatorias, xonofóbicas o racistas.

 

Grupo de Apoyo a la Mujer Afrouruguaya (GAMA): Este grupo ha tomado dentro de su temática de responsabilidad, como jefas de familia en la mayoría de los casos, de abrir espacios de diálogo con diferentes instituciones estatales entre ellas el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial, cuyo representante el Sr. Ministro Juan Chiruchi concurrió a la sede de Mundo Afro en 1996 para escuchar el planteo de este grupo de mujeres, quienes buscaban un doble objetivo:

·        La mejora de sus viviendas, tema absolutamente carencial fundamentalmente a nivel de la colectividad negra.

 

·        Por otra parte, además de acceder a la construcción de sus viviendas, se apunta a la recuperación de un espacio como es el Barrio Sur, que corrige una injusticia histórica al permitir que la comunidad se reinserte en un espacio territorial que históricamente les perteneció y que fueron expulsados durante el período de la dictadura militar, desperdigando a todo el colectivo allí reunido ubicándolos en las zonas periféricas de la ciudad.

 

5.3. DECLARACIONES, ARTÍCULOS Y DEMÁS QUE TRATAN SOBRE LA EXCLUSIÓN, DISCRIMINACIÓN Y DERECHOS HUMANOS.

a.    Declaración Universal de Derechos Humanos:

Art. 1.- Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. [...]

 

Art. 2.- Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. 2º Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

 

Art. 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

 

Art. 26.- 2º La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

 

 

b.    Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre

Art. III.- Derecho de libertad religiosa y de culto: Toda persona tiene el derecho de profesar libremente una creencia religiosa y de manifestarla y practicarla en público y en privado.

 

Art. XIV.- Derecho al trabajo y a una justa retribución: Toda persona tiene derecho al trabajo en condiciones dignas y a seguir libremente su vocación, en cuanto lo permitan las oportunidades existentes de empleo.

Toda persona que trabaja tiene derecho a recibir una remuneración que, en relación con su capacidad y destreza, le asegure un nivel de vida conveniente para sí misma y su familia.

 

c.    Convención Americana Sobre Derechos Humanos

Art. 1.- Obligación de respetar los derechos:

1º Los Estados Partes de esta Convención se comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.

2º Para los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano.

 

Art. 6.- Prohibición de la esclavitud y servidumbre:

1º Nadie puede ser sometido a esclavitud a esclavitud o servidumbre, y tanto éstas como la trata de esclavos y la trata de mujeres están prohibidas en todas sus formas.

2º Nadie debe ser constrñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligatorio. En los países donde ciertos delitos tengan señalada pena privativa de la libertad acompañada de trabajos forzosos, esta disposición no podrá ser interpretada en el sentido de que prohibe el cumplimiento de dicha pena impuesta por juez o tribunal competente. El trabajo forzoso no debe afectar a la dignidad ni a la capacidad física e intelectual del recluido.

 

Art. 12.- Libertad de conciencia y de religión:

1º Toda persona tiene derecho a la libertad de conciencia y de religión. Este derecho implica la libertad de conservar se religión, sus creencias, o de cambiar de religión o de creencias, así como la libertad de profesar y divulgar su profesión o sus creencias, individual o colectivamente, tanto en público como en privado.

 

d.    Convención Internacional Sobre Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial

-Parte I

Art. 1.- En la presente Convención la expresión "discriminación racial" denotará toda distinción, exclusión, restricción o preferencia basada en motivos de raza, color, linaje u origen nacional o étnico, que tenga por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural o en cualquier otra esfera de la vida política.

 

Art. 3.- Los Estados partes condenan especialmente la segregación racial y el apartheid y se comprometen a prevenir, prohibir y eliminar en los territorios bajo su jurisdicción todas las prácticas de esta naturaleza.

 

Art. 4.- Los Estados partes condenan toda la propaganda y todas las organizaciones que se inspiren en ideas o teorías basadas en la superioridad de una raza o de un grupo de personas de un determinado color u origen étnico, o que pretenden justificar o promover el odio racial y la discriminación racial, cualquiera que sea su forma, y se comprometen a tomar medidas inmediatas y positivas destinadas a eliminar toda incitación a tal discriminación o actos de tal discriminación y, con ese fin, teniendo debidamente en cuenta los principios incorporados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, así como los derechos expresamente enunciados en el artículo 5 de la presente Convención, tomarán, entre otras, las siguientes medidas:

 

i) Declararán como acto punible conforme a la ley toda difusión de ideas basadas en la superioridad o en el odio racial, toda incitación a la discriminación racial así como todo acto de violencia o toda incitación a cometer tal efecto, contra cualquier raza o grupo de personas de otro color u origen étnico, y toda asistencia a las actividades racistas, incluida su financiación;

 

ii) Declararán ilegales y prohibirán las organizaciones, así como las actividades organizadas de propaganda y toda otra actividad de propaganda, que promuevan a la discriminación racial e inciten a ella, y reconocerán que la participación en tales organizaciones o en tales actividades constituye un delito penado por la ley;

 

iii) No permitirán que las autoridades ni las instituciones públicas nacionales o locales promuevan la discriminación racial o inciten a ella.

 

e.    Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas.

Comité internacional que analiza  los problemas económicos sociales y culturales, relacionados a este tema por centrarse en problemas de pobreza y exclusión.

 

f   Constitución Política del Perú.

Artículo 20 inciso 2 y artículo 260, principalmente.

CONTINÚA... (II PARTE)

FUENTES DE CONSULTA

Fuentes Bibilográficas:

-         ASOCIACIÓN  PRO DERECHOS HUMANOS. “Perú Diez Años de Pobreza y Autoritarismo”, CEDAL, 2000.

-         MIROLI, Alfredo."Sida, Drogas. Manual para todos" Diario el Peruano.

-         Enciclopedia "Encarta 98".

-         Constitución Política del Perú, 1993.

-         SA, Diario "La Nación", 15 de julio de 1998, Lima – Perú.

-         SA, Diario "El País", 5 de Enero del 2000, Barcelona - España

-         New York Times News Service, Mayo de 1999, USA .

 

Páginas Consultadas:

-         http://www.aecpa.es/aecpa/asoc/actividades/3/tem1.htm

-         http://www.estadonacion.or.cr/nacion2/cap1-96b.htm

-         http://www.ilo.org/public/spanish/bureau/inst/papers/synth/socex/ch2.htm

-         http://www.rural-europe.aeiall.be/rural-es/biblio/xclusion/contents.htm

-         http://habitat.aq.upm.es/boletin/n17/ainf2.html

 

CONTINÚA... (II PARTE)

 


 

NOTAS:

 

[1] Apartheid: política de rechazo racial practicada en la República de Sudáfrica. El término apartheid en lengua afrikaans significa separación y describe la rígida división racial entre la minoría blanca gobernante y la mayoría no blanca, vigente hasta las primeras elecciones generales de 1994. La legislación del apartheid clasificaba a la población en tres grupos raciales: blancos, bantúes o negros y de color o mestizos. Posteriormente se añadieron los indios y paquistaníes como una cuarta categoría. La legislación fijaba los lugares de asentamiento de cada grupo, los trabajos que podían realizar y el tipo de educación que podían recibir. También prohibía casi cualquier tipo de contacto social entre las diferentes razas, autorizaba las instalaciones públicas separadas (como limitar determinadas playas al uso de blancos) y prohibía la participación de los no blancos en el gobierno del Estado. Las personas que se oponían abiertamente al apartheid eran consideradas comunistas.

[2] Noticias de la OIT: El Director General de la OIT subraya la necesidad del "trabajo decente", insiste en el papel del empleo como el instrumento para luchar contra la exclusión social y la pobreza e insta a adoptar políticas de empleo integradoras que sustenten la globalización.

 


 

(*)  Estudiante de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Privada “Antonio Guillermo Urrelo” de Cajamarca.

E mail: chrifertanod@hotmail.com

 


 

Índice

HOME