Derecho y Cambio Social

EL NEONATICIDIo Y sus posibles causas

Mar�a Laura Qui�ones Urquiza*


 

El neonaticidio o asesinato de un beb� dentro de las primeras 24 horas de vida, es la forma m�s com�n de filicidio, es decir, de la muerte de un hijo en manos de sus progenitores; es alto el �ndice de este hecho durante la primera hora de vida del ni�o, teniendo generalmente a la madre puerperal como actora y a los varones como principales v�ctimas.

Este art�culo no pretende la legitimaci�n del neonaticidio, simplemente busca comprender las posibles causas org�nicas y psicol�gicas presentes en la comisi�n de este delito en madres adolescentes.

Breve rese�a neurobiol�gica:

Localizado cerca del cerebro, se encuentra el sistema hipot�lamo-hipofisiario que regula las actividades neurovegetativas y neuroendocrinas integr�ndolas con la funci�n emocional y de defensa del sistema l�mbico. La relaci�n hipot�lamo (centro del hambre, sed, fr�o, calor, sue�o y vigilia) e hip�fisis, esta modulada por el l�bulo prefrontal del cerebro, la hip�fisis secreta hormonas para los �rganos de nuestro cuerpo, las regula manteniendo un equilibrio constante es decir ajustando las posibles diferencias en m�s o en menos, esto es posible gracias al torrente sangu�neo. Durante el embarazo existen cambios hormonales radicales e intensos que repercuten en lo emocional, esto es debido a la conexi�n morfol�gica que existe entre estos dos sistemas, dicha conexi�n esta dada por los tub�rculos mamilares que estructuralmente se encuentran en el hipot�lamo posterior pero funcionalmente trabajan en el sistema l�mbico, esto hace que todo desequilibrio endocrino aparezca ligado a lo afectivo. El sistema l�mbico promueve lo instintual y motivacional, tambi�n se lo relaciona con la autoconservaci�n, pero principalmente, es el que regula la vida afectiva y defensiva, por lo tanto una alteraci�n en el funcionamiento de su complejo amigdalino se reflejar�a en reacciones altamente agresivas, libertinaje sexual, ataques sexuales, excesos en el comportamiento hidro alimentario, furia inmotivada, etc.

Vemos entonces, como se forma una conexi�n nerviosa donde las funciones corporales y an�micas se interrelacionan estableciendo un sistema indisoluble de cuerpo y psique. Esta integraci�n explicar�a por qu� ante situaciones de angustia o estr�s el afecto, el apetito y el sue�o encuentran inestabilidad. La toxemia, anemia, mala alimentaci�n y otras complicaciones como partos prematuros suelen presentarse en madres adolescentes en mayor �ndice que en adultas.

Aproximaci�n Psicol�gica:

La raza, nivel cultural o socio econ�mico no tienen incidencia en este delito, tampoco es com�n la premeditaci�n. En su mayor�a es cometido por una progenitora joven, con m�nima informaci�n provista respecto a la sexualidad por parte de su c�rculo familiar: ya sea por provenir de familias tradicionalistas, socialmente aisladas y muy disciplinadas o con padres castradores con quienes mantiene una relaci�n cercana.

Es com�n en las madres neonaticidas utilizar de modo firme y persistente la negaci�n como mecanismo de defensa, incluso si su embarazo ha sido confirmado por un lego, raramente concurren a consultas obst�tricas. Los s�ntomas f�sicos son ignorados o justificados por razones ajenas a su estado, tal es as� que el aumento de peso es asociado al sedentarismo. Algunas madres que no se preparan para este hecho tan trascendental para la vida humana quiz�s planeen: vivir alejadas de su beb�, suicidarse, huir de su hogar, realizarse un aborto o continuar con el embarazo.

La indiferencia de estas madres hacia su embarazo hace que no exista conexi�n amorosa con el feto, a quien la vida intrauterina provee del proceso de maduraci�n donde se despliegan las funciones propias de la especie como por ejemplo los reflejos de succi�n, Babinsky o prensi�n. Adem�s del equipo cong�nito, lo que hace �nico a ese ser son los aspectos psicol�gicos desde antes de su nacimiento, en esto tiene mucho que ver la calidad afectiva del trato que el beb� recibe desde un principio y que se traduce en la forma de tocarlo, de hablarle a trav�s de la panza, es decir, darle un significado a su existencia.

La recepci�n de hostilidad, hace que se enfrente a esa repulsa global materna trayendo consigo la posibilidad de una perturbaci�n psicot�xica llamada Repulsa Activa Primaria (Spitz), pues no existe desarrollo del di�logo amoroso necesario del feto con su madre a trav�s de las emociones. Puede que en estos casos el beb� muera accidentalmente por infanticidio o sea abandonado en los primeros d�as de vida, y de sobrevivir, quiz�s manifieste s�ntomas como el deflejo de succi�n, es decir una par�lisis en la incorporaci�n de alimento durante los primeros d�as de vida. Asimismo, no descartamos la posibilidad que padezca afecciones psicosom�ticas o una personalidad psic�tica.

La adolescencia esta caracterizada por ser una etapa de Normal Anormalidad, de ser una estructura cambiante y en continua remodelaci�n no solo fisiol�gica, si no tambi�n psicol�gica en busca de una identidad. A su vez dos necesidades se oponen, primero la separaci�n individuaci�n de los padres para poder asumir un rol diferente al de la ni�ez, el adolescente tiene que ir atravesando por diferentes duelos, depresi�n y angustia por esas perdidas, lo que lo lleva a hacer uso de diferentes mecanismos de defensa, por eso es que a veces aparecen negando transitoriamente la vinculaci�n que tienen con las personas, de esta manera tambi�n lo hacen con sus p�rdidas, as� se los tilda de crueles, fr�os e indiferentes. Esto en el adolescente es algo pasajero, lo caracter�stico es un autismo defensivo, un refugio en el mundo interno, para defenderse de la acci�n. Existe un manejo omnipotente de las ideas: piensan, hablan, planifican, porque justamente a�n sienten que actuar les resulta imposible, tambi�n se sienten impotentes no solo en el plano genital si no en relaci�n a sus otras capacidades.

Puede ocurrir que ante un incremento de angustia muy grande, un yo debilitado y una predisposici�n a la impulsividad, aparezcan actos agresivos, o en su necesidad de hablar sienta que no es escuchado y pase al lenguaje de la acci�n.

La identidad femenina transita por la Identidad de g�nero que tiene que ver con el sexo cromos�mico, con el sentimiento de pertenencia y con las prerrogativas que esto puede llegar a tener en lo familiar, cultural o religioso. En la identidad de rol de g�nero la mujer puede adquirir una actitud sensual que tendr� que ver con el rol que ella asume en relaci�n al ejercicio de su sexualidad, para la adquisici�n de esta identidad reviste importancia que haya podido incorporar de sus modelos la modalidad vincular y el desempe�o de los roles de sus padres. La orientaci�n psicosexual y su elecci�n de un objeto sexual podr�n cimentar la Identidad al rol materno que ser� reactivada en el embarazo pero cristalizada en el momento en el que tenga que desarrollar las actividades que suponen dicho rol.

Del mismo modo se va a llevar a cabo una regresi�n hacia lo que fue la etapa de simbiosis con la madre, para por un lado identificarse con la madre y por otro lado con el feto, esto tiene que resolverse a partir de la primac�a de la identidad con la madre, pero en el caso de patolog�a grave ser� una fijaci�n de identidad con el feto, reflej�ndose con s�ntomas como hipersomnia, actitudes pueriles o aislamiento. Es gracias a esta regresi�n y toma de contacto con lo que ser�a la imagen materna, que se va a poder asumir la identidad del rol maternal.

La repulsa generalizada de la madre hacia su maternidad, proviene de su historia personal, de sus relaciones con el padre del ni�o, de la manera en que ellos lograron o no lograron resolver sus propios conflictos y angustias, sin olvidarnos de los factores culturales, econ�micos y sociales que abarcan adem�s de la sexualidad, el proceso adolescente, la familia, el aborto y otros temas como la violaci�n, incesto, violencia dom�stica, tr�fico infantil, etc.

El fen�meno social de la maternidad adolescente es un hecho, es importante poder liberarse de ciertos prejuicios que en ocasiones imposibilitan que se acepte y se lo pueda comprender, pues la informaci�n no implica la reflexi�n acerca de la problem�tica. La prevenci�n debe tener en cuenta las distintas variables que tienen que ver con las caracter�sticas del adolescente: omnipotencia, falta de pensamiento anticipatorio, mecanismo de negaci�n, actuaci�n, tendencia a desafiar las normas adultas, a sustituir al c�rculo familiar por su grupo de pares, etc.

En el momento de quedar embarazada toda mujer sufre una crisis, un gran choque emocional, m�s a�n en la adolescencia en que la mayor�a de las veces las exigencias superan la capacidad para lidiar con los avatares de la vida. En una situaci�n de crisis, la dosis hormonal aumenta, generando ansiedad y/o depresi�n y bajando el nivel de funcionamiento normal de adaptaci�n a situaciones inesperadas.

Aunque no frecuentes, los s�ntomas disociativos transitorios como psicosis o depresi�n end�gena pueden ser experimentados, as� mismo, amnesias lacunares respecto a los acontecimientos que tienen que ver con el antes, durante y despu�s del parto.

En algunos casos el alumbramiento se da en su mayor�a en secreto o soledad ya sea en la tina (ba�era) o en el inodoro. No debe descartarse la posibilidad de que este crimen se haya llevado a cabo mediante Actos en Cortocircuito: contundentes, con oscurecimiento de conciencia, inmediatos y a veces muy agresivos. Por ejemplo, la agresi�n intensa de masacrar a una persona, imparable por enceguecimiento, se suele dar tambi�n en algunas epilepsias.

Los m�todos t�picos de neonaticidio son la sofocaci�n, estrangulaci�n, traumatismos craneales usualmente por ca�da dentro del inodoro al nacer o por ahogamiento en el mismo. El uso de objetos punzo cortantes suele ser indicador de una alteraci�n mental profunda.

El hallazgo

El hallazgo del cad�ver del beb� confirma las sospechas de algunas personas, ya que la joven se encarg� de negar rotundamente su estado. Existen casos en los que esta negaci�n se extiende aun con el trabajo de parto y el alumbramiento, ya que la rotura de la bolsa de l�quido amni�tico es experimentada como una micci�n y las contracciones, como movimientos intestinales caracter�sticos de la defecaci�n.

Probablemente el p�nico al ser descubierta la situaci�n, provoque que la progenitora diga que el ni�o naci� muerto, sufri� una muerte s�bita o ten�a pocas probabilidades de vida por padecer una anomal�a cong�nita, lo que se descubrir� mediante una autopsia con la cual se probar� la evidencia fisiol�gica de vida: hinchaz�n de los pulmones y una burbuja de aire en el tracto digestivo.

Despu�s del nacimiento y al deshacerse del cuerpo del beb�, las madres neonaticidas pueden exhibir una postura de indiferencia emocional o desconcierto al escuchar que su beb� es llamado v�ctima, este es un efecto m�s de la negaci�n por la existencia del infante.

En su mayor�a, la escena del crimen reflejar� evidencia del alumbramiento y no de la muerte, observ�ndose intentos fallidos de limpieza de los restos fisiol�gicos caracter�sticos: salpicaduras de l�quido amni�tico, sangre con presencia de placenta y pedazos de cord�n umbilical.

Cuando el padre o alg�n c�mplice esta implicado en el neonaticidio hablar�amos de premeditaci�n. Los padres que cometen neonaticidio no niegan la existencia del beb�, todo lo contrario, quiz�s no lo vean como un objeto de amor, si no como a un rival en la triangulaci�n que viene a destruir una relaci�n rom�ntica o se les generen dudas sobre la legitimidad de ese beb� y de la fidelidad de su pareja.

Bibliograf�a:

CCM II, Second Edition. John E. Douglas, Ann E. Burguess, Allen G. Burgess and Robert K. Ressler.

SEMIOLOG�A PSIQUI�TRICA, Hugo Mariet�n Primera Edici�n 1994

EL SINDROME DE LA ADOLESCENCIA NORMAL, Arminda Averastury y Mauricio Knobel � Editorial Paid�s 1996

VICISITUDES DE LA IDENTIDAD FEMENINA EN LA MATERNIDAD PRECOZ, J. Vives

MATERNIDAD Y SEXO, Marie Langer � Paid�s 1992

El primer a�o de vida del ni�o, Ren� Spitz,� Fondo de Cultura Econ�mica M�xico 1996



* Diplomando en Criminolog�a por la Universidad de la Polic�a Federal Argentina.
Especializaci�n en T�cnica del Perfil Criminol�gico para la Investigaci�n y Gesti�n de Agresores en Serie (Universidad Cat�lica de Valencia- Espa�a)
 

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