Derecho y Cambio Social

  POL�TICA CRIMINOL�GICA DESDE UNA PERSPECTIVA DE LOS DERECHOS HUMANOS

Wael Hikal *

Eduardo Mart�nez Bastida **


 

Resumen: Los Derechos Humanos son un tema identificado pero poco revisado dentro de la Criminolog�a. Desde un doble enfoque estos aplican tu campo de acci�n tanto para la identificaci�n de conductas antisociales al reconocer su violaci�n, como para la prevenci�n social del delito. Sin duda en la actualidad, los gobiernos han puesto mucha atenci�n al respeto de los Derechos Humanos, pero a la vez son lo m�s concurrido en cuanto a su violaci�n y falta de respeto. Dicho doble enfoque ofrece una perspectiva interesante en cuanto a visualizar al Estado cuando reconoce la esencia b�sica del ser humano, as� como principalmente las normas que deben cumplir los servidores p�blicos, en especial, por actos policiacos y en tiempo de guerra; por otro lado, da a conocer la ausencia del Estado cuando ofrece una serie de Derechos a los que todos deber�an tener acceso para su sano desarrollo (educaci�n, salud, vivienda), pero que no todos logran alcanzar.

Abstract: The Human rights are a subject identified, but little reviewed within the Criminology. From a double focuses these as much apply to the battle area for the identification of antisocial conducts when recognizing his violation, like for the social prevention of the crime. Without a doubt at present, the governments have put much attention to the respect of the Human rights, but simultaneously they are the most concurred as far as his violation and lack of respect. This double approach offers an interesting perspective as far as visualizing to the State when it recognizes the basic essence of the human being, as well as mainly the norms that must fulfill the servants public, especially, by police acts and in time military; on the other hand, it presents the absence the State when it offers a series of Rights to which all must have access for their healthy development (education, health, house), but that all do not manage to reach.

Palabras clave: Etiolog�a del crimen, Desarrollo social, Prevenci�n del delito, Derechos Humanos, Ausencia del Estado.

Key words: Crime etiology, Social development, Crime prevention, Human Rights, Absense of the State.

Introducci�n

El presente expone brevemente  la relaci�n desconocida que ha guardado la Criminolog�a y la Pol�tica Criminol�gica con los Derechos Humanos, durante el an�lisis e investigaci�n, as� como interrelaci�n se ha dado cuenta que los Derechos Humanos son la base para el desarrollo social de una comunidad, y que a la vez permite la prevenci�n social del delito. Ha de notarse en el texto los objetivos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el cual se abre a todas las esferas de la vida, mismas que son adoptadas de mayor o menor forma por los pa�ses en desarrollo. De ello, en este texto se dejan sentadas las bases de la nueva perspectiva que debe tomar la Pol�tica Criminol�gica en relaci�n con el desarrollo social.

1. CRIMINOLOG�A Y DERECHOS HUMANOS

Antes de dar desarrollo el tema, cabe se�alar solo de recordatorio algunos conceptos b�sicos de  Criminolog�a, Derecho Penal y Derecho Constitucional a fin de interrelacionar posteriormente estos conceptos.

Para Osvaldo Tieghi, Criminolog�a desde un enfoque etiol�gico es:

Constituye en sentido estricto, el n�cleo y el objeto primigenio de la criminolog�a cient�fica, emp�rica y experimental; ello, en tanto �sta pretende conocer las causas, el origen y  el desarrollo de la personalidad del delincuente, y su conducta criminal, para su posterior aplicaci�n �preventiva� y �resocializante�[1].

Octavio Alberto Orellana Wiarco se�ala el concepto de Derecho Penal con tendencia humanista y dice que:

Es el conjunto de normas de derecho p�blico que estudia los delitos las penas y medidas de seguridad aplicables a quienes realicen las conductas previstas como delitos, con el fin de proteger los bienes jur�dicos fundamentales de la sociedad y de los individuos[2].

Efra�n Moto Salazar, aporta conceptos b�sicos para comprender las l�neas y cap�tulos a continuaci�n: Derecho Constitucional, Naci�n, Estado y Estado y Derecho. A saber en orden de menci�n anterior:

Como el conjunto de disposiciones que rigen la organizaci�n del Estado, la constituci�n del Gobierno, las relaciones de los diversos Poderes entre s� y la organizaci�n y funcionamiento del Poder Legislativo.

La Naci�n es una realidad social que nace de un estado de conciencia colectivo. Es un conjunto de hombres que tienen un origen com�n, un pasado hist�rico propio, una cultura y una civilizaci�n tambi�n propias y sentimientos y creencias religiosas an�logas. Estos son, propiamente, los elementos que integran el concepto de Naci�n; pero a ellos debemos agregar la comunidad de lenguaje, de raza, etc., v�nculos todos que contribuyen a realizar la unidad nacional.

El Estado est� sometido al Derecho; no se puede pensar en un Estado sin pensar, asimismo, en el elemento jur�dico que lo rige. El Estado, como el hombre, es un sujeto de Derecho, una persona jur�dica. Los tres elementos del Estado, al integrarse, constituyen en su personalidad[3].

A lo anterior, El�as Neuman, opina que:

La actividad estatal constre�ida a la ley implica el aseguramiento de derechos individuales y de la sociedad en s� y el l�mite impuesto entre el poder conferido por la ley y su abuso.[4]

Cuando se cuestiona cu�l es la labor del crimin�logo, la respuesta es r�pidamente (adem�s de la confusi�n con el t�rmino de Criminalista), en la procuraci�n de justicia y el sistema penitenciario, en otros momentos, alguien con ideas m�s claras se�alar� la prevenci�n del delito y la seguridad privada. Ya en muchos planes de estudio de las Licenciaturas en Criminolog�a se indican que las �reas laborales, adem�s de las anteriores (c�rceles y servicios periciales), ser�n las de Derecho Humanos, pero �qu� relaci�n tiene la Criminolog�a con los Derechos Humanos? �Se esta en posici�n de hablar de una Criminolog�a de los Derechos Humanos? �Los crimin�logos humanistas existen? �Crimin�logos humanistas defensores de la Constituci�n y de los Derechos Humanos?

Ha resultado interesante, recordar el car�cter cr�tico de los crimin�logos con el que se han formado, �ste siempre esta reclamando por un mejor salario, mejores libros, puestos pol�ticos, sistema de justicia y penitenciario distinto�

De acuerdo con Jorge Restrepo Fontalvo, opina que:

Nos parece que los crimin�logos radicales han hecho muchas m�s denuncias (�denuncias v�lidas en su gran mayor�a!) que propuestas, a menos que se considere propuestas a esa vaga, difusa, confusa y obtusa idea de un cambio total del sistema que un d�a habr� fatalmente de llegar. Quiz�s valdr�a la pena preguntarles a tales pregoneros, qu� piensan hacer el d�a siguiente del gran cambio, c�mo piensan manejar la innegable realidad de que existen y seguir�n existiendo personas que realizan conductas inaceptables para cualquier tipo de sociedad como el genocidio, la violaci�n, el da�o ecol�gico, etc�tera. �Qu� hacer con esos desviados?, �dejarlos libres o no m�s? Afirmar rotundamente que son meros productor de una sociedad injusta, podr�a incluso ser un punto de partida, pero nunca ser� suficiente.[5]

Todo lo anterior, que el maestro colombiano se�ala ser� analizado con detalle y sobre todo con propuestas planteadas por quien esto escribe y por otros autores en el tema.

Ahora bien, pasando al tema de �cu�l es la relaci�n de la Criminolog�a con los Derechos Humanos?  �lvaro Orlando P�rez Pinz�n y Brenda Johanna P�rez Castro se�alan sencillamente que: �su violaci�n o puesta en peligro es objeto de criminolog�a�[6].

Por su parte, Mario Arroyo Ju�rez se�ala que:

El hecho de no relacionar el trabajo de los derechos humanos con la criminolog�a es, en primer lugar, una posici�n producto de la ignorancia, pero fundamentalmente es un razonamiento producto de las condiciones sociales en que ambos discursos se han producido en M�xico. La criminolog�a ha sido tradicionalmente una disciplina monopolizada por abogados y por lo tanto con un fuerte contenido legal. La mayor�a de los estudios criminol�gicos se basan sobre hechos o problemas relacionados con los sistemas de procuraci�n y administraci�n de justicia, que por otra parte, son quienes hist�ricamente,  trav�s de sus agentes, han sido los principales violadores de derechos humanos (sic)[7].

El mismo apunta que la violaci�n a los Derechos Humanos es por parte de los Gobiernos. A la Criminolog�a se le ha dado la labor de observar principalmente los delitos tipificados en los c�digos penales, algunos otros observan los trastornos de la personalidad y casi ninguno mira a los Derechos Humanos, cuando desde la perspectiva de esta obra, los Derechos Humanos ser�n fundamentales y rectores para la evoluci�n de toda la sociedad y a la vez, las bases para toda pol�tica p�blica, que al inter�s criminol�gico, el buen dise�o e implementaci�n de �stos, conduce a evitar la criminalidad y al guerra, si una sociedad se encuentra en �stas situaciones, no puede vivir, no hay armon�a, obs�rvese los casos de los pa�ses con guerra o con reg�menes pol�ticos muy r�gidos, no logran progresar.

Lo anterior, queda comprendido analizando el concepto de Criminolog�a, que para Robert Winslow y Sheldon Zhang, la Criminolog�a puede ser definida: �sencillamente como el estudio de las causas del crimen y la conducta criminal. La Criminolog�a incluye el estudio de la justicia criminal, en el supuesto de que �sta determina el crimen, y en otros casos, puede producirlo�[8].

Orellana Wiarco se�ala que:

Para determinar el campo de estudio de la Criminolog�a es necesario que profundicemos un poco al respecto. No todos los estudiosos de esta materia; cuya sistematizaci�n es muy reciente, est�n totalmente convencidos de que la Criminolog�a deba ocuparse exclusivamente del estudio de las conductas delictuosas, o sea de aqu�llas que realizan los individuos y que quedan perfectamente encuadradas o tipificadas en las descripciones que la Ley Penal contiene; o si, por el contrario, pueda abarcar un campo todav�a m�s extenso, como ser�an los llamados estados crimin�genos, que sin encontrarse tipificados como delitos, constituyen una predisposici�n, un riesgo, una inclinaci�n m�s o menos acentuada, que inducen al individuo a delinquir, como son el alcoholismo, la drogadicci�n, la prostituci�n, la vagancia, etc.[9]

Roberto Reynoso D�vila indica que: �en consecuencia, si queremos tener un concepto integral del delito no es suficiente el estudio meramente jur�dico del mismo, ya que el estudio del delito no se agota con la sola normatividad�[10].

Roberto Bergalli apunta:

Esta tarea, entonces, obliga a la Criminolog�a a alargar su cometido y extrayendo de las ciencias de que se nutre los elementos b�sicos de investigaci�n se introduce en el estudio de las conductas humanas no contempladas a�n por los ordenamientos jur�dicos o vistas quiz� desde otro �ngulo como podr�a ser el caso de reglamentos de polic�a, normas �tico-sociales, religiosas, etc.[11].

2.   CONCEPTO DE CONDUCTA ANTISOCIAL AVANZADO DESDE LA �PTICA DE LOS DERECHOS HUMANOS

El estudiante de Criminolog�a, Psicolog�a, Derecho, Sociolog�a y otras �reas afines, recordar� que los objetos de estudio principales de la Criminolog�a son el crimen, el criminal y la criminalidad, conceptos definidos derivados de la articulaci�n entre la Sociolog�a, Psicolog�a y el Derecho, sobre �ste �ltimo, es el Derecho Penal el de mayor influencia, por lo que se llega a olvidar otra parte importante que se deriva de la Constituci�n Pol�tica del pa�s correspondiente, que hace referencia a los Derechos Humanos.

Lo anterior, debe visualizarse como un concepto avanzado de conducta antisocial o modalidades que afectan la vida, recordando que desde el concepto sociol�gico, el crimen afecta la sociedad y a sus individuos. Toda discriminaci�n, exclusi�n y abandono provoca resultados que de cierta manera criminalizan y estigmatizan determinadas conductas.

As� mismo, hay que considerar situaciones �graves� como los son las guerras, aunque en el �mbito criminol�gico esto ha quedado fuera del estudio y tema, �ste hecho lleva a una cantidad de delitos en alto n�mero. Una guerra puede ser comenzada desde una persona hasta grupos, la consecuencia es que el pa�s que la inicia afecta a los habitantes del otro, y �ste da�ara a los ciudadanos del pa�s contrario, aun y que �stos afectados nada tengan qu� ver con el hecho. La guerra lleva a homicidios en grandes masas, destrucci�n de propiedades ajenas, una ciudad destruida, gente afectada, victimizada por los defensores de cierto pa�s, violaciones sexuales, de Derechos Humanos, tortura, ri�as, explosiones y dem�s que culminan en un pa�s pobre, con ciudadanos mutilados, con consecuencias de la guerra, sin hogar, sin empleo, sin escuelas, etc.[12].

En as� como el Estado quien en un principio tutela los Derechos Humanos, vulnera y da�a los de otros por consecuencia de rencillas de origen pol�tico o religioso. De ello, hay que aplicar ciertas pr�cticas com�nmente llevadas por la Organizaci�n de las Naciones Unidas (y que tambi�n corresponden a la labor criminol�gica, pero el crimin�logo de la paz es una figura ausente y casi inexistente), a dicha se llama Mantenimiento de la Paz y Constructor de la Paz[13] (t�rminos mejor identificados como Peacekeeping y Peacebuilding).

De lo anterior, Restrepo Fontalvo se�ala y propone:

La existencia de opciones diversas de estructuraci�n de los grupos familiares, fomentar una amplia tolerancia religiosa y de las diversas expresiones de la arreligiosidad, tolerar en los dem�s opciones sexuales diversas de las que personalmente acogemos, respetar la intimidad de cada miembro del grupo y el libre escogimiento del desarrollo de su propia personalidad (�), respetar y defender, en una solo palabra, las opciones y los derechos del otro, son formas no solo de lograr una sociedad m�s democr�tica, m�s abierta, menos generadora de frustraciones y por lo mismo muy probablemente menos violenta, sino que, al propio tiempo, constituyen pol�ticas efectivas de prevenci�n de la desviaci�n y de un manejo m�s humano y leg�timo de la misma[14].

Por otro lado, los conceptos de prevenci�n social del delito en su mayor�a se�alan que ser� de suma importancia el facilitar los elementos necesarios para el desarrollo social de los ciudadanos y que permitan una evoluci�n individual y que derive en resultados a la sociedad.

As�, Eduardo Mart�nez Bastida se�ala:

Se basa en intervenciones no penales sobre delincuentes potenciales orientadas a atenuar su propensi�n criminal, sustent�ndose en las teor�as cl�sicas de la etiolog�a del delito, seg�n las cuales la acci�n criminal se explica por la existencia de diversos factores (familia, escuela, amigos, pareja, empleo, drogas, alcohol, etc.). Es decir se pretende actuar sobre las causas m�s significativas de la criminalidad y la creaci�n de lazos de solidaridad social que, favoreciendo la prevenci�n de conductas il�citas, incrementen la calidad de vida de los ciudadanos y sus resultados s�lo podr�an darse en el mediano y largo plazo[15].

Jos� �ngel Ceniceros se�ala como causas del aumento de la criminalidad:

El pauperismo como fen�menos universal y consecuencia de la crisis cada vez m�s aguda, de la organizaci�n social capitalista; el crecimiento de la poblaci�n con la consecuente aglomeraci�n en zonas urbanas y barrios bajos y el aumento de desocupados, vagos y malvivientes; la desproporci�n notoria entre el aumento de la poblaci�n y los servicios p�blicos; el aumento de centro de y de inmoralidad, cuya influencia perniciosa no han podido contrarrestar ni el hogar ni la escuela; la desorientaci�n �tica de la escuela y el quebrantamiento de las normas de la vida del hogar, cuyos ideales pasados no han sido sustituidos de modo preciso por normas nuevas que impliquen verdaderos frenos morales; el cinemat�grafo y la televisi�n como escuelas de morbosidad; la relajaci�n de las costumbres; el chantaje period�stico; la escasez de la polic�a efectivamente preparada, t�cnica y moralmente, para el desempe�o de sus funciones; la carencia de buenas c�rceles y penitenciar�as; la falta de directores y personal especializado al frente de esos establecimientos que la doctrina penal quisiera ver convertidos en taller, escuela, campo de deporte, laboratorios, etc�tera; el coyotaje organizado con la complicidad o la pasividad de los funcionarios carcelarios faltos de probidad; la incertidumbre de la represi�n, porque algunas autoridades que deber�an combatir la delincuencia la encubren, o a�n la realiza, amparadas por el poder puesto en sus manos; la falta de respeto de algunas autoridades a los mandatos legales y en particular a las resoluciones de la justicia federal; la impunidad de los delitos cometidos por gente que dispone de influencia para eludir la acci�n de la polic�a o para frustrar la actuaci�n judicial; la benignidad en la ejecuci�n de las sentencias dictadas por los tribunales; la falta de instituciones que ayuden y orienten a conseguir trabajo a los que salen de las c�rceles o regresan de las colonias de relegaci�n, etc�tera[16].

Jorge Restrepo Fontalvo apunta:

Un buen manejo de las pol�ticas preventivas, debe producir una menor utilizaci�n del aparato represor. Al igual que en la medicina, tambi�n en este campo es mejor prevenir que intentar curar. El tratamiento penitenciario, y en general toda pol�tica de represi�n, es, en gran medida, resultado de las fallas que existen en �la pol�tica social correcta�[17].

La Organizaci�n de las Naciones Unidas define prevenci�n del delito como la que:

Engloba las estrategias y medidas encaminadas a reducir el riesgo de que se produzcan delitos y sus posibles efectos perjudiciales para las personas y la sociedad, incluido el temor a la delincuencia, y a intervenir para influir en sus m�ltiples causas[18].

Por otro lado, muy acertadamente, el Instituto para la Prevenci�n del Crimen de Canad� define prevenci�n del crimen como:

Es una iniciativa o pol�tica que reduce, evita o elimina la victimizaci�n a la violencia al crimen. Incluye iniciativas gubernamentales y no gubernamentales para reducir el miedo al crimen as� como el impacto del crimen en las v�ctimas.

Las pol�ticas de prevenci�n del crimen deben ser implementadas por los ciudadanos, familias y vecinos, as� como las agencias de educaci�n, asilo, fortalecimiento de la ley, m�s all� que solo acciones polic�acas, de juzgados y penitenciarias.

La prevenci�n incluye un amplio rango de propuestas, incluidas aquellas que:

Promover las buenas relaciones entre las personas y fortalecer el desarrollo social, a trav�s de medidas econ�micas, de salud y educativas, con particular �nfasis en la infancia y juventud, y focalizada en los riesgos y factores de protecci�n asociadas con el crimen y la victimizaci�n[19].

De lo anterior, se puede formar un concepto de conducta antisocial jur�dico-criminol�gico en base a lo anterior y que se descifrar� con el paso de las p�ginas a continuaci�n como: toda violaci�n a los Derecho Humanos y garant�as individuales se�aladas en los documentos legales de nivel internacional (por la Organizaci�n de las Naciones Unidas), nacional (las Constituciones) y local (Constituciones locales y leyes), que vulneren el sano desarrollo individual y social en todos los aspectos que tengan como consecuencia la evoluci�n biopsicosocial, adem�s de contemplar los documentos especiales sobre ciertas �reas como el trato en prisi�n, con la polic�a, a los ni�os, a los ancianos, mujeres, en el trabajo, educaci�n, etc.

P�rez Pinz�n y P�rez Castro se�alan que desde el punto de vista, la criminalidad se presenta cuando:

I.     Los deberes que los tratados imponen a los Estados son desconocidos por �stos, por acci�n o por omisi�n, verbigracia, si no implementan lo necesario para buscar la resocializaci�n de los condenados.

II.   El sistema penal es injusto, por ejemplo si no reconoce los derechos de los grupos �tnicos.

III.La Constituci�n Pol�tica o las leyes establecen u otorgan derechos pero el Estado no facilita su ejecuci�n, (�).

IV.                  El Estado, arbitrariamente, so prexto de defender las instituciones y proteger la sociedad, acude a medidas de excepci�n con mengua de la locomoci�n, la opini�n, la integridad, la salud, la familia, la conciencia o la intimidad.[20].

Esos elementos provenientes de la Constituci�n nacional y documentos internacionales ser�n la base de las pol�ticas p�blicas de desarrollo para cada �rea espec�fica, ha de entenderse desde una �ptica de Naciones Unidas que todo desajuste en los elementos basales para el desarrollo social, tienen consecuencias que pueden derivar en hambre, pobreza, falta de empleo, de educaci�n, guerra y crimen.

La base de los Derechos Humanos es el Estado y las leyes que de �ste emanan, son ese conjunto de �Derechos� que todos merecemos para nuestro desarrollo integral, pero que lamentablemente no todos podemos alcanzar.

3.   DESARROLLO HUMANO Y PREVENCI�N SOCIAL DEL DELITO

Recordando los conceptos mostrados anteriormente aportados por Eduardo Mart�nez Bastida (prevenci�n social del delito) y la Organizaci�n de las Naciones Unidas (prevenci�n del delito) esta obra ha de mostrar al lector que los objetivos de los Derechos Humanos son los de desarrollo, los cuales servir�n como base de las pol�ticas p�blicas en todos los �mbitos de la sociedad que permitan un crecimiento social.

Reyes Calder�n construye un concepto vinculado al tema y anota que:

La dignidad de la persona humana es el principio b�sico de los Derechos Humanos. Todas las personas por el hecho de existir tienen derechos, los cuales deben ser respetados por el Estado, sus autoridades y todos y cada uno de nosotros.[21].

La ausencia de estos Derechos Humanos, en espec�fico a los de educaci�n empleo, vivienda digna, igualdad ante la ley, entre otros tantos, ha provocado un problema grave que es la migraci�n y trata de personas.

Eduardo Lozano Tovar apunta que:

Tendr�amos que hablar de una pol�tica criminol�gica referente a los derechos humanos confrontados con el fen�meno criminal y acompa�ando al sistema punitivo derivado de un derecho penal cada vez menos aislado de las dem�s estrategias pol�ticas que deben ocurrir a un Estado posmoderno, consciente de las necesidades de sus gobernados, pero tambi�n atento de las limitaciones que le obligan �en el oficio cotidiano de gobernar- a combinar pol�ticas sociales con pol�ticas criminales[22].

Por su parte, Mike Maguire, et. all., dicen que:

Se consideran mucho m�s eficaces las medidas de tipo social (como la revitalizaci�n comunitaria, la generaci�n de empleos para la juventud desempleada y la provisi�n de medios para practicar deportes y cultivar el tiempo libre), ya que �stas se dirigen a eliminar las causas que motivan el delito[23].

3.1.   PROGRAMA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO

As�, el desarrollo ha de ampliarse de lo individual a lo social y que haya reciprocidad. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se�ala que:

El desarrollo de un pa�s no puede ser entendido desde la perspectiva �nica del crecimiento econ�mico. El prop�sito final del desarrollo se encuentra en cada uno de sus habitantes y en las posibilidades que ellos tienen para elegir una vida en la que puedan realizar a plenitud su potencial como seres humanos.

El desarrollo humano consiste en la libertad que gozan los individuos para elegir entre distintas opciones y formas de vida. Los factores fundamentales que permiten a las personas ser libres en ese sentido, son la posibilidad de alcanzar una vida larga y saludable, poder adquirir conocimientos individual y socialmente valiosos, y tener la oportunidad de obtener los recursos necesarios para disfrutar un nivel de vida decoroso[24].

Haciendo �nfasis en el desarrollo humano indica:

El desarrollo humano de las personas es visto como la condici�n para que �stas ampl�en sus posibilidades de elegir entre distintos tipos de vida. La libertad de los individuos, y por lo tanto sus posibilidades de elegir, requieren del desarrollo de un conjunto de capacidades que permitan el ejercicio de esa libertad, y que incluyen principalmente la salud, la educaci�n y las oportunidades de ingreso.

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es el organismo miembro de la Organizaci�n de las Naciones Unidas (ONU) que desde 1965 trabaja para reducir la pobreza en el mundo y los problemas asociados con �sta, a trav�s de pr�cticas que apoyan al desarrollo humano y el progreso econ�mico y social de los pa�ses en los que el PNUD tiene presencia.

En M�xico, la representaci�n del PNUD implementa un programa de trabajo centrado en el combate a la pobreza y las desigualdades, la integraci�n productiva, el fomento de la cultura democr�tica, la preservaci�n del medio ambiente y el fortalecimiento de la cooperaci�n t�cnica mexicana hacia terceros pa�ses. Todo esto, a partir de 5 ejes tem�ticos definidos como: 1) Desarrollo humano; 2) Gobernabilidad democr�tica; 2) Medio ambiente y energ�a; 4) Sector privado y desarrollo; y 5) Equidad de g�nero[25].

Para lograr el desarrollo y la prevenci�n social del delito, se requiere hacer un trabajo metodol�gico y cient�fico, as�, el PNUD se basa en el conocimiento, por ello centra su trabajo en la generaci�n y promoci�n de informaci�n espec�fica, resultado de investigaciones y an�lisis de los pa�ses en donde tiene presencia. Dichas investigaciones sirven para estructurar las pol�ticas p�blicas en base a las necesidades detectadas en el �mbito estudiado.

As� mismo, a nivele internacional se han planteado objetivos o visiones que pretenden alcanzarse ante el surgimiento de nuevos fen�menos y malestares sociales, con dichos objetivos se pretende generar un estado de beneficio para todos los ciudadanos en el mundo, a �stos se le ha llamado como Objetivos Del Mileno programados para cumplirse o alcanzarse en el 2015:

1.                      Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

2.                      Lograr la ense�anza primaria universal.

3.                      Promover la igualdad de g�nero y la autonom�a de la mujer.

4.                      Reducir la mortalidad infantil.

5.                      Mejorar la salud materna.

6.                      Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades.

7.                      Garantizar la sustentabilidad del medio ambiente.

8.                      Fomentar una asociaci�n mundial para el desarrollo[26].

Para la ONU incrementar los niveles de desarrollo econ�mico y social, principal mandato del PNUD, es elemento clave para la creaci�n de las condiciones de paz y la seguridad internacional.

Para el cumplimiento de los objetivos y la atenci�n de las prioridades internacionales y nacionales, los programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales a elaborarse atender�n los siguientes temas prioritarios para el desarrollo nacional: Agua y bosques, Campo y desarrollo rural, Ciencia y Tecnolog�a Combate a las adicciones, Comercio, Competitividad, Comunidades y pueblos ind�genas, Cooperaci�n y desarrollo internacional, Cultura, Defensa nacional, Democracia y participaci�n ciudadana, Deporte, Derechos humanos, Desarrollo empresarial Desarrollo regional, Desarrollo social, Desarrollo urbano, Educaci�n, Empleo, Energ�a, Equidad de g�nero, Familia, ni�os y j�venes, Financiamiento para el desarrollo, Fortalecimiento del federalismo, Grupos vulnerables, Infraestructura, Medio ambiente y recursos naturales, Migrantes, Modernizaci�n de la gesti�n p�blica, Poblaci�n, Procuraci�n e impartici�n de justicia, Producci�n y distribuci�n de alimentos, Protecci�n civil, prevenci�n y atenci�n de desastres, Salud, Seguridad nacional, Seguridad p�blica, Seguridad social, Soberan�a, Superaci�n de la pobreza, Trabajo, Transparencia y rendici�n de cuentas, Turismo y Vivienda.

Para los objetivos anteriores, todas las administraciones p�blicas requieren de llevar a cabo su trabajo a trav�s de Secretarias (a nivel Federal, Estatal y Municipal), enumerar cada una dar�a como resultado un texto gigantesco interminable de leer en un curso de cuatro o seis meses (para el cual est� dirigido este libro), por lo que se enumeran las dos m�s importantes, junto con sus objetivos y planes de trabajo, desde un nivel federal que supone ser la idea rectora a los Estados y Municipios, pero cabe notar adem�s de las siguientes al Instituto de la Juventud, de la Mujer, la Procuradur�a de la Rep�blica, de Justicia, Secretarias de Hacienda, Gobernaci�n, Defensa Nacional, Educaci�n, de Turismo, del Trabajo y Previsi�n Social, las Comisiones de Derechos Humanos, Centro de Investigaci�n y Seguridad Nacional, entre muchas otras.

Neuman se�ala algunas de sus experiencias como asesor al tema preventivo y apunta:

A veces, cuando hablo en cualquiera de los pa�ses de Am�rica Latina sobre desarrollo social y criminalidad, suelo se�alar una ausencia, y suelo decir: �Se�ores, en este local faltan personas que deber�an estar. Y hablar. Sobre todo, faltan personas del pueblo de Am�rica Latina. No se puede establecer un di�logo sobre desarrollo social, ni de aportaciones criminol�gicas, estando s�lo los que aqu� estamos. Nos falta algo muy importante, por lo menos nos falta el pueblo pobre de Am�rica Latina, los actores, los verdaderos actores del drama y sobramos los que decidimos sufrir por ellos. (�) Unas pocas palabras de ellos nos ahorrar�an muchas de las nuestras� Seamos conscientes de ello. Si estuviera ese pueblo pobre de Am�rica Latina tendr�amos que escucharle tantas formulaciones radicalmente nuevas, �que nos molestar�a tanto�!�[27].

De acuerdo con Alicia Gonz�lez Vidaurri:

Con la visi�n antes descripta (sic), la futura tarea del crimin�logo ser� aprovechar los espacios pol�ticos y sociales donde se debata y decida sobre las cuestiones que le son propias, con la finalidad de impulsar los proyectos de orden que resulten m�s democr�ticos y que re�nan las condiciones de: tener un referente de racionalidad, ser factibles y estar orientados al beneficio com�n[28].

Las formas anteriores ocurren por conflictos de intereses y oportunidades, as� lo explican Augusto S�nchez Sandoval y Gonz�lez Vidaurri:

En las sociedades, la din�mica del conflicto se presenta generalmente de la siguiente manera: En primer momento, el dominio de algunos respecto de otros; despu�s este dominio se traduce en mecanismos de coerci�n o de criminalizaci�n. La criminalidad es construida como �realidad� por quien tiene poder para imponerla como tal. Al poder se contraponen los excluidos, lo que genera conflicto. En lo posible, se busca que la soluci�n de este conflicto se logre a trav�s de la evoluci�n pol�tica y no de la revoluci�n social, econ�mica o jur�dica, es decir, de alternativas al sistema de dominaci�n y control que est� vigente[29].

CONCLUSIONES

Despu�s de ver todo lo anterior, se debe estar en entendimiento de que si no hay Derechos Humanos no se tiene un estado de desarrollo y progreso, al haberse incluido las opiniones de diversos estudiosos del tema etiol�gico-criminologico ha servido para dejar en claro que la falta de estos Derechos contribuye a conductas antisociales.

Lo anterior, queda mejor entendido en opini�n de Miguel Carbonell, et. all.:

No existe ni puede existir Estado de derecho cuando se asiste a un reiterado y, en ocasiones, delirante repudio de los derechos. Nunca como en nuestra �poca se ha estado tan consciente de los derechos humanos pero, en la misma proporci�n, nunca se ha sido tan sofisticadamente brutal en su violaci�n[30].

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NOTAS:

[1] Tieghi, Osvaldo N., Tratado de Criminolog�a, Buenos Aires: Universidad, 2004, p. 49.

[2] Orellana Wiarco, Octavio A., Curso de Derecho Penal, M�xico: Porr�a, 2008, 4 y 5.

[3] Moto Salazar, Efra�n, Elementos de Derecho, M�xico: Porr�a, 2002, pp. 55, 56 y 57.

[4] Neuman, El�as, La ausencia del Estado, M�xico: Porr�a, 2007, p. 1.

[5] Restrepo Fontalvo, Jorge, Criminolog�a, Bogot�: Temis, 2002, p. 351.

[6] P�rez Pinz�n, �lvaro Orlando y P�rez Castro, Brenda Johanna, Curso de criminolog�a, Bogot�: Universidad Externado de Colombia, 2006, p. 44.

[7] Arroyo Ju�rez, Mario, �Derechos Humanos y Criminolog�a: un v�nculo ignorado�, Econom�a, Sociedad y Territorio, enero-junio, Vol. III, n�m 11, M�xico, p. 473.

[8] Winslow, Robert W. & Zhang, Sheldon X., Criminology, USA: Pearson Prentice Hall, 2008, p. 2.

[9] Orellana Wiarco, Octavio A., Manual de Criminolog�a, M�xico: Porr�a, 2007, p. 33.

[10] Reynoso D�vila, Roberto, Nociones de Criminolog�a e Historia del Derecho Penal, M�xico: C�rdenas Editor y Distribuidor, 2004, p. 10.

[11] Bergalli, Criminolog�a en Am�rica Latina, Buenos Aires: Pannedille, 1972, p. 113.

[12] Reyes Calder�n, Jos� Adolfo, Tratado de Criminolog�a, M�xico: C�rdenas Editor y Distribuidor, 2007, pp. 414 y ss.

[13] V. Naciones Unidas Mantenimiento de la Paz, United Nations Peacekeeping Operations. Principles and Guidelines, direcci�n en Internet: http://pbpu.unlb.org/pbps/Library/Capstone_Doctrine_ENG.pdf, USA, 2008; y Comisi�n de Consolidaci�n de la Paz de las Naciones Unidas, direcci�n en Internet: http://www.un.org/spanish/peace/peacebuilding/mandate.shtml, 2009.

[14] Restrepo Fontalvo, Jorge, cit. nota n � 5, pp. 342 y 343.

[15] Mart�nez Bastida, Eduardo, Pol�tica Criminol�gica, M�xico: Porr�a, 2007, p. 91.

[16] Reynoso D�vila, Roberto, cit. nota n � 10, pp. 64 y 65.

[17] Restrepo Fontalvo, Jorge, cit. nota n � 5, p. 343.

[18] Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Recopilaci�n de reglas y normas de las Naciones Unidas en la esfera de la prevenci�n del delito y la justicia penal, Viena-Nueva York, 2007, p. 303.

[19] �What is crime prevention�, Institute for the Prevention of Crime, direcci�n en Internet: http://www.sciencessociales.uottawa.ca/ipc/eng/what_is_crime_prevention.asp, Canad�, 2009.

[20] P�rez Pinz�n, �lvaro Orlando y P�rez Castro, Brenda Johanna, cit. nota n � 6, p. 45.

[21] Reyes Calder�n, Jos� Adolfo, cit. nota n � 12, p. 335.

[22] Lozano Tovar, Eduardo, Manual de Pol�tica Criminal y Criminol�gica, M�xico, Porr�a, 2007, p. 223.

[23] Maguire, Mike, et. all., Manual de Criminolog�a, M�xico: Oxford, 2006, p. 27.

[24] �Desarrollo Humano�, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, direcci�n en Internet: http://www.undp.org.mx/spip.php?page=area&id_rubrique=5/, 2009.

[25] ��Qu� es el Desarrollo Humano�, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,  direcci�n en Internet: http://www.undp.org.mx/spip.php?article19

[26] ��Cu�l es la vinculaci�n del trabajo del PNUD en M�xico con los Objetivos de Desarrollo del Milenio?�, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, direcci�n en Internet: http://www.undp.org.mx/spip.php?article19, 2009.

[27] Beristain, Antonio y Neuman, El�as, Criminolog�a y dignidad humana, Buenos Aires: Universidad, 2004, pp. 31 y 32.

[28] Gonz�lez Vidaurri, Alicia, �Criminolog�a: vida y movimiento�, en Elbert, Carlos Alberto (coord.), La Criminolog�a del siglo XXI en Am�rica Latina, Buenos Aires: Runbinzal � Culzoni, 1999, p. 259.

[29] Gonz�lez Vidaurri, Alicia y S�nchez Sandoval, Augusto, Criminolog�a, M�xico: Porr�a, 2008, p. 112.

[30] Carbonell, Miguel, et. all., (coords.), Estado de Derecho, M�xico: UNAM, ITAM y Siglo Veintiuno, 2002, p. 125.


* Maestreando en Trabajo Social con orientaci�n en proyectos sociales.
Presidente de la Sociedad Mexicana de Criminolog�a Cap�tulo Nuevo Le�n A.C.
Director
Archivos de Criminolog�a, Criminal�stica y Seguridad Privada.

[email protected]

 

** Licenciado en Derecho por la Universidad Latinoamericana, Maestro en Pol�tica Criminal por el Instituto Nacional de Ciencias Penales, M�xico.


 

 

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