Revista Jurídica Cajamarca

 
 

 

¿Conciliamos o litigamos?

Miguel Chumbe Ortiz (*)


 

Es importante la Conciliación porque fomenta la cultura de paz en nuestra sociedad, en América Latina Colombia es el primer país en la región en promover una política en esta materia, ya que desde 1992 se crearon 150 centros para la resolución de conflictos. Hoy en día es el primer país con más Centros de Resolución de Conflictos. Brasil está haciendo algo similar. Argentina fue el primer país de la región en obligar el uso de la mediación o conciliación  en el proceso legal, desde 1995 la legislación obliga a las partes a acudir a un Centro de Conciliación antes de presentar la demanda en un juicio. Desde que se estableció este sistema, después de dieciocho meses, las estadísticas arrojaron un resultado sorprendente: sesenta mil conflictos habían sido resueltos por el sistema de la Conciliación.

En el Perú hasta hace muy poco tiempo  no existía alternativa, si teníamos algún problema, cualquiera fuera su índole el único camino posible era el Poder Judicial. Al no tener opción nos sometíamos a la increíble tortura que significa caer en las garras de un juicio.  La Justicia, según nuestra Constitución emana del Pueblo y éste la delega en el Poder Judicial. Todos aquellos que hemos tenido que pasar por el suplicio de un juicio sabemos que litigar no es un lecho de rosas; a la elevada carga procesal existente se suma la ineptitud de algunas personas que laboran en el Poder Judicial, la interminable cadena de documentos que significa un juicio, el lenguaje casi sacrosanto que emplean los abogados y jueces, que al ciudadano común se nos hace imposible de entender. Un pueblo delega la administración de justicia, pero requiere un Poder Judicial ágil, honesto y accesible, a donde pueda acudir con la seguridad de que la tan anhelada justicia se hará realidad.

Afortunadamente ahora con la Ley 26872 de Conciliación, que ha declarado de interés nacional la institucionalización y el desarrollo de la CONCILIACIÓN como mecanismo alternativo de resolución de conflictos, reiterando que su fin es propiciar la cultura de paz y como institución consensual los acuerdos adoptados corresponde única y exclusivamente a la voluntad de las partes.

 Pero, qué es la Conciliación? La Conciliación es un medio que nos permite solucionar nuestros conflictos sin tener que acudir al Poder Judicial. Pero entonces, ¿quién imparte en este caso la justicia?  Pues nosotros mismos, el pueblo. Cuando acudimos a un Centro de Conciliación y llevamos nuestros problemas, un Conciliador, quien ha sido entrenado en técnicas de Conciliación nos va a encaminar, para que, juntamente con la otra parte lleguemos a un acuerdo, que a ambos nos parezca justo y que nos permita solucionar nuestras diferencias sin tener que litigar a través de un juicio.

Ahora viene la pregunta ¿Van los conciliadores a reemplazar al poder Judicial o a nuestros escépticos amigos, los abogados? ¡Claro que no¡. Cuando la Conciliación sea obligatoria en Cajamarca, (por ahora es facultativa) ayudará a que el Poder Judicial se aboque a los asuntos que  ameriten un juicio, como son los casos penales, ya que los conciliadores sólo atienden casos civiles, asimismo nuestros amigos abogados verán que la conciliación puede ser un excelente aliado. Estamos seguros que la mayoría de abogados obedecen a su código deontológico que establece que el fin de su profesión es la consecución de una justicia realmente justa, que sea económica, accesible y oportuna, en ese sentido creemos, que  son los abogados los primeros llamados a apoyar la conciliación, ellos mismos deberían acudir con sus clientes a tratar de conseguir un arreglo rápido, justo y económico; para tener la convicción de que cuando asesoran a sus clientes en el sentido de litigar han agotado todos los medios, y sus clientes sabrán, que están ante profesionales con indudables cualidades humanas.

 


 


(*) Periodista. Conciliador Extrajudicial. Director del Centro de Conciliación de Cajamarca.


 

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