Revista Jurídica Cajamarca

 
 

 

¿Moral en la Sociedad?

Cesibel Castro Zamora (*)


 

En principio es menester analizar el término "Etica". La palabra Etica, viene el griego ethos y significa costumbres o prácticas humanas que son aprobadas por una cultura. La palabra latina para costumbre es "mos", su plural, "mores", siendo el equivalente al ethos griego. De mores  derivamos las palabras moral y moralidad. La ética es la ciencia de la moral; se considera como una ciencia normativa, tiene  que ver con las normas bajo las cuales el hombre y la sociedad viven. La ética es denominada también Filosofía Moral.

 

Hay reglas éticas que pueden ser aceptadas como base en una determinada cultura en tanto que en otra puede ser totalmente rechazadas puesto que no se adaptan a su propio criterio.

 

En síntesis, podríamos decir que la Etica es el estudio de las costumbres humanas; pero no toda costumbre va a ser objeto de estudio de la Etica, se exceptúan por ejemplo las meras convenciones, maneras de la mesa, modos de vestir, forma del lenguaje, la etiqueta, etc., sino aquellas que parecen más fundamentales como la de decir la verdad, la de pagar las deudas, de honrar a nuestros padres y de respetar las vidas y la propiedad ajenas, ser solidarios, etc. (Fagothey).

 

Pero, cómo podemos aplicar estas reglas éticas a nuestras vidas ¿Es necesario que nos las impongan? de ninguna manera, sino que surge de un principio inherente al propio ser humano, que únicamente lo podemos adquirir dentro de la célula de la sociedad, la familia. Desde muy temprana edad el hijo debe reconocer a sus padres como la primera fuente de autoridad. La disciplina es un elemento imprescindible para el hijo, siendo aquella firme, consistente y bondadosa. Cuando el niño tenga la seguridad de que los padres están disciplinándolo  por amor, él respetará la disciplina  descartando todo tipo de resentimiento que pudiera tener por aquella disciplina que ha recibido de los que le engendraron. Hemos empleado el término "bondadoso", pero qué entendemos por bondad, es la cualidad de una persona regida por lo que es bueno y cuya meta es el bien; al disciplinar los padres al niño, lo que están buscando es el bien para él, pues aunque muchas veces se contristan al corregirlos, saben que será positivo para el menor. Más allá  de la disciplina está la seguridad,  la comprensión, el consejo, el amor hacia el niño, y sólo así podrá éste llevar dentro de sí aquellas costumbres tan necesarias en la sociedad actual.

 

Dentro de la coyuntura actual podemos observar, en nuestro país, tantos actos de tiranía, de corrupción, de búsqueda de intereses personales  y de otros aspectos negativos, que si los nombraríamos a todos el tiempo nos faltaría, que lo único que hacen es perjudicar a nuestra sociedad, pues todo esto no es sino producto de  la inmoralidad existente en aquellos quienes practican tales actos, pues se han olvidado por completo que a su alrededor hay tantos seres necesitados de un poco de comprensión.

 

Nuestro país se caracteriza por la elaboración de una basta legislación, pero aunque exista leyes sustantivas, adjetivas, códigos de ética, la mentalidad del hombre actual no cambiará jamás si dentro de sí no cuenta con un mínimo de moralidad.

 

Finalmente, considero que en la humanidad, hace aproximadamente dos mil años, hubo alguien a quien se le puede atribuir un renombre, como hombre de gran trayectoria moral, entre otras denominaciones que podría recaer sobre El, y ése es Jesucristo, quien condenó las religiones que no dan fruto ético en la vida personal del hombre.

 

Jesucristo dio énfasis en el hecho de que el hombre no puede llegar a ser bueno aparte de una relación íntima con Dios. Es de allí que sabemos que el hombre  no puede llegar a tener amor hacia el prójimo si no ha experimentado personalmente el amor de Dios, que ha sido derramado para redimirle de todo acto pecaminoso. Pero cuando el hombre ha sentido en su propia vida el gran amor del Dios viviente, entonces estará  listo para expresar este amor en las relaciones con  lo demás seres humanos, pudiendo así poner en práctica aquellas reglas tan anheladas hoy en día. Es aquel amor del que yo puedo experimentar al tener a Cristo en mi corazón.



(*) Bachiller en Derecho, Universidad Nacional de Cajamarca.


 

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